Una joven busca que su historia sirva de lección a las personas que priorizan la apariencia en vez de la comodidad. (Foto: Pixabay/Referencial)
Una joven busca que su historia sirva de lección a las personas que priorizan la apariencia en vez de la comodidad. (Foto: Pixabay/Referencial)

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Perdió sus dedos por no abrigarse. “Ponte chompa” es la recomendación que las madres siempre dan a sus hijos antes de salir de casa pero en el caso de una universitaria de significó el quedarse sin todos los dedos de las manos y los pies a causa del congelamiento ya que no solía usar abrigo debido a que, como suele decir la mayoría de jóvenes de su edad, “arruinaba su ‘outfit’”.

Alyssa Lommel era una despreocupada estudiante que recién ingresaba a la Universidad de Minnesota y una condecorada gimnasta hasta la noche que su vida cambió para siempre a sus escasos 19 años, reportó el programa Inside Edition al compartir su dramática historia en un video de su canal de .

Todo comenzó con unos tragos en casa seguidos de una fiesta en la casa de un amigo. Cuando la dejaron en su casa al promediar las 10 p.m., Alyssa no pasó de la entrada. Nueve horas después, fue encontrada inconsciente tras haber pasado la noche a la intemperie con una temperatura de -27 grados.

“Estuve en el hospital por 78 días después de mi accidente. A mis padres les dijeron que vayan a despedirse de mí ya que los médicos pensaban que iba a morir. Solo era cuestión de tiempo para saber si sobreviviría”, relató la joven, que afortunadamente pudo recuperarse pero al precio de perder todos sus dedos producto del congelamiento.

¿Qué ha sido lo más difícil de esta experiencia para Alyssa? “Tuve que volver a aprender a hacer cada pequeña cosa en mi vida. ¿Cómo iba a peinarme o cómo iba a cepillarme los dientes? Cosas sencillas que la gente ni piensa cuando las hace, todo lo básico. Tuve que volver a aprender todo eso, como si fuera una recién nacida”, explicó la sobreviviente.

Si bien pudo salir adelante gracias al apoyo incondicional de sus padres y de su familia, Lommel señala que lo “más difícil de todo esto fue dejar atrás mi pasado, seguir adelante olvidando lo que fui y ser esta persona que vive sin dedos, que vive en un mundo distinto, que tiene que hacer las cosas de forma distinta a los demás”.

Por eso, Alyssa –que ahora trabaja en una escuela primaria con chicos en situación de riesgo a los que espera inspirar con su historia de superación– recomendó a las jóvenes que salen a las nevadas y congeladas calles de Minnesota vestidas como si fuera verano “a ponerse un abrigo, sombrero o guantes”.

“Sé que se arreglaron el cabello para la noche, que lucen bien y no quieren arruinarlo, pero usen un abrigo. Pueden pensar que no está en la onda (el llevar abrigo), que se preocupen por dónde dejarlo o de que se los roben pero, ¿y si pierden su vida?”, reflexionó Alyssa al ver que muchas jóvenes ignoran el potencial peligro al que se exponen al salir desabrigadas.

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