Una adorable anciana y un enorme San Bernardo demuestran que su amistad es a prueba de todo. (Foto: Komo News en YouTube)
Una adorable anciana y un enorme San Bernardo demuestran que su amistad es a prueba de todo. (Foto: Komo News en YouTube)

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A veces, las mejores amistades se dan cuando uno menos se las imagina, tal y como ocurrió con el caso de una viuda de 95 años y un enorme de raza San Bernardo en . Su adorable ha conmovido al mundo entero desde que fue compartida en y otras redes sociales.

Todo comenzó hace dos años cuando ‘Brody’, que por aquel entonces era un cachorro de apenas 12 semanas de nacido, llegó al apacible vecindario de Mount Vernon, en Washington. Después de que su dueño le diera un baño, la mascota desapareció pero fue encontrada poco después en la casa de la vecina de al lado.

Los dos hicieron ‘clic’ en el acto. Sally Reenhorn, que tenía 93 años en ese momento, vivía sola y su memoria a veces le falla pero recuerda como si hubiera sido ayer el día en que conoció a ‘Brody’. “¡Ahí estaba ese cachorrito en mi puerta y era tan adorable! Era mucho más pequeño que ahora pero se quedó sentado ahí, mirándome”, precisó.

Como no tenía ninguna croqueta para perros a la mano, la nonagenaria tuvo que improvisar y le ofreció un trozo de pan rancio. Desde ese momento, dicho alimento se convirtió en el favorito de ‘Brody’ y Sally siempre procuraba tenerlo a la mano para cuando le cayera de visita, y vaya que lo hacía con frecuencia.

‘Brody’ aparecía en la casa de Sally a diario, a veces hasta cuatro veces por día. Los dos hacían toda clase de actividades junto como mirar la televisión, pasar el rato en el jardín o hasta caminar a la iglesia. Pero a medida que pasaba el tiempo, el perro iba haciéndose más grande y la anciana envejecía al mismo ritmo.

Entonces un día, Sally ya no estaba en la puerta para recibir a ‘Brody’ cuando fue a visitarla. La anciana había sufrido un ataque cardiaco que, si bien fue moderado y no puso en riesgo su salud, la hizo tomar la decisión con su familia que lo mejor para ella era mudarse a una casa de retiro para que ya no viviera sola.

‘Brody’ no entendía qué era lo que le había pasado a su amiga Sally. “Él simplemente iba a verla todos los días pero ya no había los bocadillos que le daba, así que simplemente se quedaba ahí y se quedaba dormido esperándola en la entrada. Tenía que salir a llamar y arrastrarlo de vuelta a casa”, explicó Dave Mazzarella al portal Komo News.

Después de verlo triste por la partida de Sally, al dueño de ‘Brody’ y a su esposa Edie Mazzarella se les ocurrió la brillante idea de llevarlo al asilo de ancianos en el que actualmente vive, que está a poco más de 4 kilómetros de distancia. Su reencuentro fue tan maravilloso que ahora el perro se ha vuelto un visitante recurrente del lugar.

Cuando ‘Brody’ llega al cuarto de Sally, ella lo recibe con el mismo amor y las mismas atenciones desde que se conocieron por primera vez hace dos años. La anciana pasa la tarde acariciándolo, rascándole la barriga y diciéndole cosas bonitas mientras pasan tiempo juntos, algo que la mascota parece disfrutar en demasía.

Si bien Sally y ‘Brody’ viven actualmente separados el uno del otro, verlos interactuar de esta manera cada vez que se reúnen demuestra que su amistad perdurará por todo lo que les resta de vida. El vínculo que comparten es un verdadero ejemplo de que el perro es, sin lugar a dudas, el mejor amigo del hombre.

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