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¡Que gran historia y lección de vida! “Olvídese de cumplir años y empiece a cumplir sueños”, dice una conocida frase que guarda una relación directa con el caso de don Claudio Melo, un colombiano valiente y decidido que, a pesar de las adversidades de la vida, jamás se dio por vencido e hizo todo lo posible por salir adelante y cumplir  sus más preciados anhelos. Su historia fue dada a conocer en un reportaje vía y se ha convertido en toda una sensación .

A fines de 2018, con 90 años, don Claudio acabó el colegio y se recibió de bachiller en una escuela para adultos en Bogotá, generando una gran admiración entre sus compañeros de estudios, profesores y usuarios de redes sociales que conocieron su caso.

“A estas alturas me siento orgulloso de tener que dar el ejemplo de que, a esta edad, pueda estudiar. Hay que estudiar, yo no me puedo quedar de rodillas (…) tengo que pararme a caminar y lo estoy haciendo”, dijo el protagonista de esta historia al programa Los informantes, del canal colombiano Caracol.

Lo conseguido por Claudio Melo tiene aún más valor por las difíciles condiciones en las que se encuentra desde hace varios años. Ahora, con 91 almanaques a cuestas, este ilustre señor vive solo y pasa sus días en una humilde habitación ubicada en un popular barrio de Bogotá. Dice que tiene siete hijos pero solamente le acompaña la soledad, pues todos ellos se desentendieron de él y ninguno le visita.

Claudio Melo vive solo, está algo enfermo y dice que tiene siete hijos, pero ninguno de ellos lo visita y lo tienen abandonado | Foto: Captura de YouTube / Los informantes
Claudio Melo vive solo, está algo enfermo y dice que tiene siete hijos, pero ninguno de ellos lo visita y lo tienen abandonado | Foto: Captura de YouTube / Los informantes

“Me siento un poco solo, como abandonado de mis hijos. A ellos ni les va ni les viene, siempre se siente uno como acomplejado y triste”, cuenta don Claudio, que también es viudo y echa de menos los buenos momentos que pasaba al lado de su difunta esposa, quien partió de este mundo hace varias décadas.

Nacido en un municipio llamado Anolaima, ubicado en el departamento colombiano de Cundinamarca, tuvo que sufrir los golpes de la vida desde muy chico. Sus padres campesinos fallecieron cuando él tenía ocho años y desde pequeño tuvo que trabajar para cuidar y mantener a sus hermanos. Por esa razón, recuerda, no logró terminar la escuela y solo llegó a estudiar hasta el cuarto grado de primaria.

Los años pasaron y don Claudio sentía que tenía que hacer algo para concretar las metas que el amargo destino paralizó por largo tiempo. Así, convencido de que “querer es poder” y de que su avanzada edad no era impedimento para luchar y salir ganador en su nuevo proyecto, decidió acabar el colegio y graduarse como bachiller.

Con mucho esfuerzo, iba a clases todas las tardes de 6 a 9 pm y como todo buen estudiante se empeñaba para cumplir sus tareas. El resultado de tamaño esfuerzo tuvo su recompensa a fines del año pasado, cuando Claudio se graduó como bachiller junto a sus compañeros de aula.

El diploma de graduación que recibió el nonagenario tras terminar oficialmente el colegio | Foto: Captura de YouTube / Los informantes
El diploma de graduación que recibió el nonagenario tras terminar oficialmente el colegio | Foto: Captura de YouTube / Los informantes

Aunque dice que no se mostró ilusionado y que, más bien, se mantuvo sereno en todo instante, es evidente que el protagonista de esta hermosa historia aún se emociona cuando recuerda ese dichoso momento.

Pero todo no acaba aquí, pues don Claudio aún tiene fuerzas para seguir estudiando y ahora quiere seguir la carrera de Ingeniería Ambiental. “Quiero estudiar eso porque fui del campo (…). No puedo asegurar si la voy a terminar, pero haré lo posible por estudiar”, dice con entusiasmo.

Gracias a un programa de la Secretaría Distrital y de Integración Social de la Alcaldía Mayor de Bogotá, el veterano estudiante obtuvo una beca para desarrollar la carrera de ingeniería en el Politécnico Grancolombiano. “Ahora dejo todo en manos de Dios para poder terminarla”, clama el señor Melo con mucha fe, esa que siempre mantuvo a pesar de que el destino muchas veces le jugó en contra.

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