1 / 8 Hasta mediados de la década de los 90, una de las más arraigadas tradiciones de Año Nuevo era tirar el papel utilizado durante el año a través de las ventanas de los edificios. Nadie sabe de dónde salió esta costumbre, pero todos los oficinistas lo hacían en el último día laborable de diciembre. Postal de 1965. Foto: GEC Archivo Histórico
2 / 8 Kilos de papel continuo, copias de libretas electorales, documentos con los nombres aún legibles y, en algunos casos, hasta se tomaban el trabajo de hacer ‘pica-pica' con las hojas inútiles para lanzarlas por la ventana. Postal de 1965. Foto: GEC Archivo Histórico
3 / 8 En los años 80 el vacilón del 31 de diciembre era armar un muñeco para quemarlo a las 12 en punto. Un pantalón, un polo y unas zapatillas viejas servían para dar forma al muñeco que llevaría en su interior aserrín o el relleno de una almohada y cohetecillos y ratas blancas. Felizmente esta costumbre, que llenaba de humo las primeras horas del Año Nuevo, quedó en el olvido. Así hicieron su aparición las piñatas del personaje de la farándula o política que más llamó la atención durante el año no precisamente por sus virtudes. Postal de 1981. Foto: GEC Archivo Histórico
4 / 8 Salir a la calle para correr con una maleta y así asegurarse un año lleno de viajes o simplemente bailar con la familia son costumbres que extrañaremos este año. Postal de los años 60. Foto: Darío Médico/ GEC Archivo Histórico
5 / 8 Músicos ingleses reciben el Año Nuevo en las calles de Lima. Postal de 1968. Foto: Darío Médico/ GEC Archivo Histórico
6 / 8 Las fiestas con gorros graciosos y mucho confeti daban la hora en 1968. Foto: Darío Médico/ GEC Archivo Histórico
7 / 8 Un abrazo sincero y fraterno no podía faltar entre los vecinos y las vecinas que tomaban la calle para brindar y bailar. Postal de 1961. Foto: GEC Archivo Histórico
8 / 8 Nuestro reportero gráfico José Michilot documentó cómo fueron las primeras horas de 1972. La plaza San Martín estaba desierta cuando aparecieron estas parejas que salían de una fiesta en el hotel Bolívar. Foto: GEC Archivo Histórico

