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Lotería

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Creyó haber ganado una importante suma de dinero en la lotería pero en realidad se trataba de un premio que apenas podría considerarse de consuelo. Esta es la increíble de cómo un hombre en pasó de la pobreza a la riqueza, y nuevamente a la pobreza en un dos por tres.

Dean Smethurst, de 32 años, fue felicitado por el personal de la sucursal de Tesco, en el condado de Lancashire, cuando le dijeron que se había hecho acreedor a tres ‘lucky dips’ (chapuzones de la suerte traducido al español) y le dijeron que contactara con la empresa para cobrar su ganancia.

Esta indicación emocionó de sobremanera a Smethurst, ya que se percató que esta mecánica era empleada por la mencionada compañía con los premios de al menos 50,000 libras (casi 65,000 dólares) que no podían ser pagados en el establecimiento donde se expidió el boleto ganador, informó el diario británico .

El “afortunado”, que se gana la vida como administrador de un supermercado y juega a la lotería desde hace seis años, corrió a casa para darle la noticia a sus familiares y amigos, ideando modos de cómo gastar el dinero que creyó haber ganado sin antes tomarse la molestia de revisar si sus números coincidían con los del premio mayor.

Sin embargo, cuando las líneas de la lotería se abrieron al público a la mañana siguiente, a Smethurst le dieron la devastadora noticia de que no había sido tan afortunado como creía: su “premio” ascendía únicamente 6 libras (poco más de 7 dólares) y solo podía hacerlo efectivo en futuras jugadas ya que cada uno de sus ‘lucky dips’ cuesta 2 libras.

“No dormí porque estaba muy emocionado. Mi casa parece un sitio de construcción por el momento así que eso fue en lo primero que se me vino a la mente para gastar mis ganancias. Luego quise darle a mi familia unas lujosas vacaciones en Barbados”, señaló el ahora decepcionado ganador.

“Cuando hablé con la chica del mostrador y le di el número del serial de mi boleto, ella lo ingresó y dijo: ‘Bien hecho, ganó… tres chapuzones de la suerte’”, agregó Smethurst, quien le preguntó a la trabajadora si estaba segura de lo que acababa de decirle y pidió hablar con un supervisor al respecto.

Absolutamente decepcionado, el protagonista de la historia recalcó que sí se trataban de sus números y que estos habían salido ganadores. “Jamás se me ocurrió revisar mis números, jamás pensé que una compañía tan grande como Camelot podría equivocarse con algo así, no lo entendía”, añadió.

Su inaudita experiencia comenzó la noche del pasado miércoles cuando revisó su boleto de lotería en una tienda Tesco de Farnworth, en la que había trabajado hace unos años, para saber cómo le había ido en el sorteo del sábado anterior. “Fue en ese momento que el personal empezó a aplaudirme”, precisó.

“El recibo decía que había ganado un premio, pero que la tienda no podía pagármelo y que debía contactar a Camelot de inmediato”, contó Smethurst, pero que no pudo hacerlo de inmediato ya que las líneas no se encontraban disponibles por lo que revisó en Internet y descubrió que al parecer había ganado la suma de 50,000 libras.

Fue en ese instante en que decidió compartir la buena nueva con sus allegados más cercanos y queridos, la misma que acabó convirtiéndose en una terrible decepción luego de contactar a Camelot a la mañana siguiente y recibió una respuesta que echaría abajo todos los proyectos en los que tenía pensado invertir el dinero.

Resulta que mientras el sorteo del número ganador de la lotería del miércoles todavía se encontraba en progreso, Dean había pedido que revisaran sus números del sábado, lo que provocó que la persona que ingresó la solicitud sobre su boleto recibió el mencionado mensaje que le hizo creer que había ganado el cuantioso premio.

“Cuando compré el boleto, adquirí uno para el del sábado y otro para el del miércoles. Mientras el sorteo de los números del miércoles se encontraba en proceso, parece que el mensaje que me salió fue uno automatizado para anunciar cualquier jugada ganadora”, manifestó Smethurst.

Un representante de Camelot explicó qué fue lo que ocurrió en este caso, en el que “el jugador intentó reclamar un premio durante un ‘receso del sorteo’, cuando las ventas de la lotería se suspenden mientras un sorteo toma lugar. El premio no podía ser pagado en el acto porque el boleto había sido ingresado a un sorteo ‘en vivo’ y se imprimió un recibo de validación”.

En ese sentido, el vocero de Camelot precisó que ese recibo genérico se usa en ciertos escenarios y no son exclusivos para los premios de grandes sumas de dinero. ¿Y Dean? Para superar esta lamentable experiencia, en su trabajo le dieron el día libre para que se relaje y su madre le preparó una comida para subirle los ánimos.

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