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Día de la Mujer | Bicicletas contra el abandono escolar de las adolescentes indias | India | Fotos | Historias

Hasta hace dos meses, Boya Saguna se quemaba los pies para no sentir dolor al caminar descalza los 5 kilómetros que separan su pueblo de la escuela. Ahora viaja cómodamente en una bicicleta proporcionada en el marco de un proyecto contra el abandono escolar entre las adolescentes de .

A sus 14 años, Boya ha encontrado en la bicicleta de la española Fundación Vicente Ferrer (FVF) un salvavidas para cumplir su sueño de convertirse en una ingeniera informática, pero otros miles de niñas con menos suerte abandonan el colegio al llegar a la pubertad o acaban casadas en matrimonios infantiles.

"La carretera de nuestro pueblo no está bien, hay muchas piedras y muchos baches. Cuando las chicas veníamos a la escuela antes de tener las bicicletas, los chicos nos decían cosas y estábamos muy incómodas", confesó a Efe la joven Boya, enamorada de la asignatura de inglés y aferrada a la idea de un día poder inventar un producto para acabar con la polución.

Era un trayecto de más de una hora para ir y otro tanto para volver, lo que se solía traducir en al menos un día de ausencia escolar a la semana por encontrarse "muy cansada".

A veces sufría mareos, fiebre, heridas en los pies en verano y debía vivir con un cuerpo débil y unos padres eternamente preocupados por su seguridad y sin dinero para pagarle un medio de transporte hasta la escuela.

Ahora, la joven se reúne cada día en la parada del autobús de su pueblo con otras chicas que también estudian en el Instituto Público de Karutlapalli y juntas cabalgan a lomos de sus bicis, formando un frente unido con el que responden a los chicos que las acosan hasta el punto de que éstos les "tienen miedo".

Los problemas de salud han desaparecido y desde hace dos meses ahorra tanto tiempo que ha comenzado a ayudar en casa y a concentrarse más en sus estudios, no sin antes haber dado algún que otro tumbo en su aprendizaje y adaptación al nuevo medio de transporte.

La historia no es demasiado diferente para Jenne Rosa, también de 14 años y estudiante del mismo instituto.

Esta chica amante de la biología, que de mayor quiere ser policía y cuya casa se encuentra a 3 kilómetros del centro escolar se levanta cada día a las 5.00 y antes de tener su bici no regresaba hasta a su hogar hasta las 18.00.

Según apunta a Efe, el velocípedo ayudó en sus problemas con los insectos, el acoso y la tensión con la que vivían sus padres, que ahora se muestran "muy contentos" al ver cómo su hija viaja con otras chicas y se aportan seguridad unas a otras.

Por ello, con motivo del , la FVF está recaudando fondos para repartir antes de que empiece el año escolar en junio un millar de bicicletas entre las niñas en el estado suroriental de Andhra Pradesh, que se sumarían a las 17.000 ya entregadas a otras jóvenes desde que en 2007 arrancó su programa de bicicletas.

Doreen Reddy, directora durante 36 años del Programa de Mujeres de la FVF en la India, explica a Efe cómo en las aldeas de la zona sólo hay escuelas primarias y en algunos casos ni eso, forzando a los escolares a realizar largos trayectos hasta otras localidades.

"Lo que pasa durante el camino es que hay un montón de acoso sexual y puesto que no hay protección para las niñas en el trayecto hasta la escuela los padres no quieren enviarlas, lo que se traduce en abandono escolar", advirtió la activista.

A veces ocurre con niñas tan pequeñas como de 8 años.

Según datos recogidos por la Fundación, casi el 100 % de las niñas de la India rural están escolarizadas en la etapa primaria, pero la cifra cae en hasta un 40 % cuando éstas tienen entre 14 y 18 años.

Y el problema no se queda ahí, ya que el abandono escolar desemboca muchas veces en matrimonio infantil. Afirma Reddy que sólo el pasado año su línea telefónica de ayuda logró parar el casamiento de 384 niñas.

"Esto ocurre porque no pueden continuar sus estudios y la mayoría de estas niñas habían dejado previamente la escuela, incluso cuando las casan antes de los 18 años enfrentan un montón de violencia doméstica porque no saben qué hacer", explicó.

"Si tiene educación -concluyó-, puede entender lo que es mejor para su futuro".

Noemí Jabois / EFE

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