Una joven creyó sentir mariposas en la panza durante un baile escolar, pero estaba sufriendo un infarto. (Foto: @ceirrazeager / Instagram)
Una joven creyó sentir mariposas en la panza durante un baile escolar, pero estaba sufriendo un infarto. (Foto: @ceirrazeager / Instagram)

Ceirra Zeager es una joven estadounidense que, durante su adolescencia, asistió a un baile escolar y pensó que sentía “mariposas” en el estómago por bailar con un chico; sin embargo, grande fue su sorpresa, y la de sus familiares, al descubrir que en realidad había sufrido un infarto. Esta es su historia.

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La chica, oriunda de Pensilvania, compartió que aquel día su corazón había estado acelerado, pero nunca imaginó que esta sensación era señal de que algo andaba mal con su organismo.

“Estaba pensando: ‘¿Es así como se tienen sentimientos?’”, dijo Zeager, en la actualidad de 23 años, en conversación con.

A la mañana siguiente del baile, su corazón no dejaba de latir de manera agitada, lo que le generó una fatiga y pesadez potentes al punto de no poder ponerse una blusa.

Cuando trató de caminar hacia la habitación de sus padres para pedirles ayuda, su visión se nubló y perdió el conocimiento.

“Antes de darme cuenta, estaba en el piso”, recordó. “Sentí como si un elefante estuviera en mi pecho”.

Horas después despertó en la sala de un hospital, aún sin entender lo que pasaba, y fue atendida como una paciente normal ya que el primer médico que la examinó dijo que probablemente tenía “ansiedad adolescente”.

Pruebas posteriores revelaron que Zeager tenía lipoproteína A elevada, lo que significa que sus glóbulos rojos son “más pegajosos” de lo normal, lo que puede provocar un coágulo de sangre.

La joven, además, nació con un agujero en el corazón llamado foramen oval permeable (PFO), el cual permitió que el coágulo se atascara en su arteria coronaria, provocando el infarto.

El tratamiento de Zeager incluyó cirugía para reparar el orificio, seis meses con anticoagulantes y una estadía en el hospital de varias semanas. La cirugía se llevó a cabo sin mayores complicaciones y la estudiante continuó con su vida.

Una nueva cirugía

Casi siete años después de lo sucedido, Zeager volvió a experimentar una fuerte fatiga, pero pensó que era por la pandemia de covid o por la planificación de su boda.

Un cardiólogo le dijo que necesitaba una cirugía a corazón abierto para reparar una válvula cardíaca con fugas que había resultado dañada durante su primer ataque al corazón.

Zeager se sometió a la cirugía en febrero de 2021, solo unos meses después de su boda. Aunque esta se produjo sin inconvenientes, la joven asegura que la recuperación emocional fue la parte más difícil.

“Estás hinchado, magullado, no te sientes como tú mismo, tomas todo tipo de analgésicos y apenas sobrevives todos los días”, reveló.

En la actualidad, Zeager, una profesional de recursos humanos, mantiene un estilo de vida saludable, aunque todavía tiene una “fracción de eyección”, una medida de la fuerza del corazón cercana al 44% de su capacidad. Se calcula que un rango saludable está entre el 50% y el 70%.

Ceirra compartió su historia como voluntaria de la campaña “Mujeres reales” de Go Red For Women de la American Heart Association.

Ella busca que otras mujeres jóvenes conozcan los signos de un ataque al corazón y hablen cuando sientan que algo anda mal con su cuerpo.

“Escucha a tu cuerpo, defiéndete y trata de encontrar el lado positivo”, concluyó. “Es un cliché, pero es muy cierto”.

Síntomas del ataque al corazón en mujeres

El síntoma más común de ataque cardíaco en las mujeres es el mismo que en los hombres: algún tipo de dolor en el pecho, presión o incomodidad que dura más de unos pocos minutos o aparece y desaparece.

Según el portal , el dolor en el pecho no siempre es intenso y puede incluso no ser el síntoma más perceptible, particularmente en las mujeres.

Las mujeres son más propensas que los hombres a tener síntomas de ataque cardíaco que no están relacionados con el dolor en el pecho, tales como:

  • Molestias en el cuello, la mandíbula, los hombros o la parte superior del vientre (abdomen)
  • Falta de aire
  • Dolor en uno o ambos brazos
  • Náuseas o vómitos
  • Sudoración
  • Aturdimiento o mareos
  • Cansancio inusual
  • Acidez estomacal (indigestión)

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