Desde inicios de 2018, España registró más de 38.000 llegadas de migrantes, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (Foto: AFP)
Desde inicios de 2018, España registró más de 38.000 llegadas de migrantes, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (Foto: AFP)

“Todo el mundo quiere moverse", dice Issam, de 19 años, escondido cerca del puerto español de Melilla. Al igual que él, hay miles de "harraga", los migrantes clandestinos marroquíes dispuestos a todo para alcanzar el "paraíso europeo".

Este bachiller escaló el mes pasado la valla que rodea el pequeño enclave español de Melilla, en --una de las únicas fronteras terrestres entre África y Europa-- para "huir de la pobreza y la injusticia".

"Esto no terminó", dice este joven originario de Fez (centro), con la cabeza cubierta con la capucha y el pantalón lleno de grasa de camión. Le falta atravesar el Mediterráneo, enganchándose al chasis de un camión o a las amarras de un ferri con destino a España. Desde Melilla, Hamid fija la mirada en el puerto, a lo lejos.

Al igual que Issam es un "harrag" (literalmente, un "quemador") marroquí, dispuesto a todo para asumir "el riski", es decir, el riesgo de llegar a Europa. El joven, de 23 años, se fue de su ciudad de Mequinez (centro), donde "ganaba entre 60 y 70 dírhams diarios [entre 5,50 y 6,50 euros] como alicatador".

"No se puede vivir dignamente con eso", denuncia el joven, quien no sabe ni leer ni escribir. "Conozco a padres de familia que quieren irse, la gente está desesperada", asegura.

Desde inicios de 2018, España registró más de 38.000 llegadas de migrantes, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (Foto: AFP)
Desde inicios de 2018, España registró más de 38.000 llegadas de migrantes, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (Foto: AFP)

Videos en internet

Cerca de Melilla, en la ciudad marroquí de Nador, varios grupos de jóvenes matan el tiempo acechando los buses y camiones con destino a Melilla.

"Desde inicios de año, el número de marroquíes que buscan migrar, como ellos, se disparó en Nador", explica a la AFP un habitante de la ciudad. El número de quienes se lanzan a la travesía marítima también "aumentó considerablemente en los últimos meses", asegura Aziz Kattouf, secretario general de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH).

En su opinión, partir se volvió "más sencillo" y se logra "a menudo sin intermediarios", pues los aspirantes "recaudan dinero para comprar un motor de barco, a la vista y con conocimiento de todo el mundo".

Ante la ausencia de datos oficiales, se desconoce cuántos "harraga" se lanzan a esta peligrosa travesía, que a veces se torna mortal. Desde inicios de 2018, España registró más de 38.000 llegadas de migrantes, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Las autoridades marroquíes cifran en 54.000 los intentos de cruce abortados desde enero. Desde inicios de septiembre, las redes sociales marroquíes están inundadas de videos que muestran a jóvenes nacionales rumbo a España a bordo de barcas neumáticas, y varias páginas de Facebook ofrecen travesías hacia a Europa por 7.000 dírhams (630 euros).

Ver "la muerte desfilando"

El miércoles, el ministerio marroquí de Interior envió una nota a los medios para advertirlos sobre estos videos, "que buscan fundamentalmente inducir a error a la opinión pública".

"Existe una falta de confianza en los proyectos anunciados [a nivel local] y una desesperanza que se acentuó con las duras condenas impuestas a los detenidos políticos del movimiento" Hiram, la corriente de contestación surgida en la región del Rif (norte) entre 2016 y 2017 para denunciar su "marginación", explica Aziz Kattouf, de la AMDH.

Marruecos tiene una de las economías más desarrolladas de África, pero sigue estando marcada por las grandes desigualdades sociales, según estadísticas oficiales. Los jóvenes, que representan un tercio de la población, están especialmente afectados por la exclusión social.

El 27,5% de las personas entre 15 y 24 años están fuera del sistema escolar y desempleadas. Según la OIM, 22,8% de los aspirantes a migrar tienen menos de 19 años. Mbarek, un albañil de 25 años, llegó desde Tinerhir, 700 km al sur de Nador, para seguir "los pasos de sus amigos que se marcharon a Europa".

"En el sector de la construcción, no se está ni declarado ni protegido. Se puede morir trabajando y nadie se preocupará", asegura. Ismail, un joven de 19 años llegado desde Zagora (sur), intentó salir de Marruecos en dos ocasiones introduciéndose en los bajos de un camión, donde veía "la muerte desfilando" debajo de él hasta que llegó a Almería, en Andalucía.

En ambas ocasiones las autoridades españolas lo expulsaron. Pero no renuncia a ello. En Marruecos "nos tratan con crueldad. A los 'harrag' se los considera menos que nada, aislado y marginado", lamenta con la vista puesta en el puerto.

(Fuente: AFP)

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