Si eres de los que bebe mucha gaseosa, debes leer esta historia. Andy Currie es residente de Bangor, Gales, y su historia se hizo luego que se compartiera en las diferentes , sobre todo en , donde se muestra que era un hombre muy adicto a la Pepsi. El joven tenía un hábito con esta bebida, hasta el punto de tomarla durante dos décadas. Siempre me ha gustado el sabor frío. Nada podría superarlo y me enganché”, sostuvo.

Currie trabajó en turno de noche la mayor parte de su carrera en supermercados, por lo que “siempre le gustó la fiebre del azúcar para seguir adelante”. Según reveló, él solía tomar 30 latas de gaseosa cada día y gastaba más de 8 mil dólares al año (aproximadamente 25 dólares diarios).

Adicción peligrosa

En ese sentido, el empleando de una tienda de comestibles consumió un estimado de 219 mil latas de Pepsi desde que comenzó a tomarlo a los 20 años. “Solo necesitaba tenerlo, tan pronto como me despertara para continuar durante el día”, recordó el galés.

Asimismo, su problema superó los límites tanto que cuando asistía a eventos, Currie “brindaba con una lata de gaseosa, mientras otras personas tomaban copas de champán”, detalló .

Drástica medida

Luego de una visita al médico, le advirtieron que corría el riesgo de convertirse en diabético. Si bien logró bajar de peso, su adicción a la gaseosa se mantuvo. Ante esta situación, él y su esposa se contactaron con el terapeuta David Kilmurry.

Tras los exámenes, determinaron que Curry tenía un trastorno de ingesta de alimentos por restricción. Debido a ello, Kilmurry hipnotizó al hombre de 41 años mediante una videoconferencia. Luego de la primera sesión, Andy sorprendentemente se curó.

No sé lo que dijo, pero después ya no quería beber más (...) No los he tocado en un mes y no planeo hacerlo. Prefiero el agua ahora. Mi esposa Sarah dice que mi piel se ve mejor y que tengo mucha más energía”, aseguró Curry.


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