¿Alguna vez creíste que un niño podía nacer de un melocotón? Sin duda, se trata de una fábula tradicional de Japón que ha sido contada en muchas partes del mundo y su historia ha sido publicada en televisión abierta en diferentes países y es . “Momotaro”, quien nace de una fruta es la bendición de una pareja de ancianos que nunca pudo tener un hijo y se convierte en un gran héroe al recuperar el tesoro oculto en Onigashima, conocida también como “La isla de los demonios”.

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“Momo” es melocotón y “Taro” un nombre masculino común en Japón. Cuenta la leyenda que una pareja de ancianos tenía una vida rutinaria en el campo, donde el hombre era leñador y su esposa le ayudaba con la tarea diaria recogiendo troncos y maderas. Un detalle importante es que ambos no podían tener hijos, y es así que mientras la anciana lavaba la ropa en el río tuvo una menuda sorpresa al ver un melocotón gigante guiándose de las ondas del agua, sin pensar que su deseo de años se iba a convertir en realidad en el momento y el tiempo menos esperado.

Ante el asombro, la buena mujer llama a su esposo y entre los dos logran llevarlo a la orilla. Ante tanta preguntas en su cabeza y la incertidumbre de saber qué es lo que había en su interior, apareció un niño de tez blanca, muy sonriente y con grandes ojos para alegrar el corazón de dos viejos solitarios.

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Lo interesante es que siendo un hecho paranormal, el niño empezó a crecer fuerte, sano y se convirtió en alguien muy respetado en su aldea. Las personas sabían de su aparición y pensaron que él podía ser el elegido de salvar a su aldea de unos demonios que robaban todo lo que se podía, atemorizando a los habitantes, ya sean niños, adultos y ancianos.

“¡Es un honor para mí! Iré al frente a Onigashima, la isla de los demonios y les daré un buen escarmiento para que no vuelvan por aquí”, indicó, mientras vestía una armadura. Al mismo tiempo, su madre le preparó varias bolitas de arroz para el camino por si tuviera hambre, como se aprecia en .

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La historia de Momotaro, el video que pasa de generación en generación

Momotaro y los demonios en Origashima

La misión de Momotaro no fue sencilla, pues en su camino se encontraría con varios animales: un faisán, un perro y un mono, que gracias a su generosidad de invitar un onigiris –una sabrosa preparación elaborada en base a atún, salmón y algas nori- pudo tener aliados para la dura batalla.

Después de cruzar y tierra y mar, desembarcaron a la gran muralla donde se refugiaban los demonios. Con ayuda del mono, todos pudieron entrar y Momotaro gritó: “Demonios, salgan de su escondite, den la cara, no sean cobardes”.

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Ante el escándalo producido por el joven atleta, los demonios despertaron y no tuvieron tiempo de reaccionar. El perro empezó a morderles, el faisán a picotear sus cabezas y el mono a arañarles por todo el cuerpo. Por más que los demonios de Onigashima quisieron defenderse, recibieron su escarmiento ante un equipo valeroso y bien organizado.

Momotaro junto a sus tres amigos de paso pudieron salir victoriosos del lugar y llegaron a la aldea cargando una carretilla con cientos de monedas y joyas que los demonios habían robado.

Esta es una historia que ha pasado de generación en generación llena de ternura, solidaridad y justicia. Sin duda es una obra que invita a conocer y apreciar a la literatura oriental, que como esta, tienen más.

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