Un buceador en problemas es rescatado por grupo de mujeres disfrazadas de sirenas

“Fue algo salido de un cuento de hadas, ser salvado por una sirena”, dijo el buzo Javier Claramunt. Estaba buceando en la isla Santa Catalina, en California, con su padre y amigo Pablo Ávila el fin de semana pasado, cuando Pablo perdió el conocimiento cerca del final de la inmersión. La singular historia ocurrida en Estados Unidos se ha vuelto viral en las redes sociales.

Hay que tener en cuenta que estos son buzos extremadamente bien entrenados y experimentados, por lo que tanto el entrenamiento de Javier permitió que empezara el rescate de su compañero. Tan pronto como inició el salvataje, un grupo de sirenas apareció a su alrededor. Sí, así como lo lee, sirenas.

Resulta que un grupo de mujeres que estaban entrenando para el curso avanzado de rescate de sirenas (PADI) en las cercanías de la isla se dieron cuenta de que el buzo estaba en problemas.

El deporte de nadar con cola de sirena

Elaina Marie García, quien también es una buceadora e instructora de buceo con mucha experiencia, explica que el deporte se ha vuelto tan popular, nadar con cola de sirena, que se han formado grupos grandes. Pero esto es mucho más que usar una cola de sirena y contener la respiración.

Elaina sacó al grupo de la isla de Santa Catalina y el grupo resultó ser el que notó a Pablo angustiado mientras practicaban escenarios de rescate.

El grupo nadó hacia los buzos, le quitó el equipo a Pablo, mientras le daban respiración boca a boca, y lo remolcaron hasta la entrada de la escalera en Casino Point, donde los paramédicos estaban esperando.

Pablo fue llevado a la cámara de descompresión de la isla, donde recuperó el conocimiento luego de varias horas de descompresión.

Sirenas al rescate

“Habíamos visto las sirenas antes de comenzar nuestra inmersión”, dijo Javier. “Y estábamos pensando en lo lindos que eran. Poco sabíamos lo bien entrenados que realmente están”.

Nuevamente, tanto Javier como Pablo han estado buceando desde la década de 1970 y ellos mismos están altamente capacitados, por lo que saben un par de cosas sobre rescates.

“No se trata solo de hacer burbujas”, dijo Elaina. “¡Es un trabajo duro, pero vale la pena!”, agregó.

Pablo se está recuperando bien. Él sabe que sus amigos probablemente lo habrían llevado a la orilla sin problemas, pero bueno, ahora puede presumir de haber sido salvado por sirenas.

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