La vida de un padre de familia ruso quedó destruida cuando su esposa y dos hijos fallecieron en un accidente aéreo. El perderlo todo lo llevó a cometer un asesinato como parte de su sangrienta venganza hacia el que consideraba como único responsable de la muerte de las personas que más amaba. Esta es la trágica de .

El 1 de julio de 2002, Kaloyev era un arquitecto que construía una casa para un millonario a las afueras de Barcelona. Llevaba poco más de 7 meses en la mencionada ciudad española y ese día se disponía a dirigirse al aeropuerto para recibir a su esposa Svetlana Kaloyeva y sus dos hijos, Konstantin (10) y Diana (4), provenientes de su natal .

Sin embargo, el vuelo 2793 de la compañía Bashkarian Airlines que abordaron jamás llegó a su destino ya que esa fecha se produjo el que pasaría a ser conocido como . La aeronave colisionó con un jet de carga de la empresa DHL en medio del cielo del sur de Alemania y 71 personas perdieron la vida, incluyendo 52 menores de edad.

“El horario era el de siempre pero luego comenzaron las demoras. Más y más demoras hasta que la información del vuelo desapareció del tablero de llegadas. Luego aparecieron, dos horas después de la catástrofe. Me dijeron lo que había pasado”, dijo Kaloyev en una entrevista a NTV donde habló sobre lo que pasó aquel fatídico día en el que todo cambió para él.

El accidente aéreo que le quitó todo

Los aviones involucrados en el accidente habían realizado descensos previos al choque con informaciones contradictorias. Ese día había solamente un controlador aéreo: Peter Nielsen, al que no le dijeron que el Sistema de alerta de tráfico y evasión de colisión (TCAS por sus siglas en inglés) se encontraba fuera de servicio.

Pese a que se dio cuenta de que ambas aeronaves estaban en curso de colisión, Nielsen logró ponerse en contacto con los pilotos pero fue demasiado tarde. Después que la noticia del accidente llegó a los medios y las autoridades comenzaron con los trabajos de búsqueda de los cuerpos de las víctimas, Vitaly Kaloyev fue uno de los primeros en llegar e insistió en ayudar.

“La operación apenas comenzaba cuando llegué allí (...) Puse mis manos cerca del lugar donde [mi hija] había caído y sentí algo. Cuando lo levanté, vi que era una perla. Comencé a buscar más a fondo y encontré una segunda, una tercera, una cuarta. Eran del collar de mi hija. El collar de mi hija”, recordó. Los restos de Diana fueron hallados primero.

Pero Kaloyev no descansó hasta encontrar a su esposa e hijo dos semanas después. El cuerpo de Svetlana fue a parar a un campo de maíz mientras que el de Konstantin, a un antiguo estacionamiento de autobuses. “Conduje hacia donde estaba mi hijo pero nada me dijo que su cuerpo yacía cerca”, comentó sobre el momento en el que recuperó el cadáver del menor.

Skyguide deslinda responsabilidades

Pasadas unas semanas concluyó la investigación de la Oficina Federal de Investigación de Accidentes Aeronáuticos de Alemania pero la firma de control de tráfico aéreo Skyguide, para la que trabajaba Peter Nielsen, se rehusó a admitir su falta en los hechos e intentó culpar a los pilotos de los aviones, que posteriormente fueron absueltos de toda culpa.

“Me ofrecieron una compensación económica y a cambio necesitaban que firmara unos papeles en el que rehusaba perseguir alguna acción legal por la muerte de mis hijos, como pidiéndome que los olvidara. Tenía esta oferta en el archivo del caso en mi casa. No todo se puede medir en términos de dinero”, precisó Kaloyev, cuya mente se fijó en otro objetivo.

Y es que lo único que quería en ese momento era una disculpa pública de parte de los oficiales de Skyguide por su negligencia en el accidente del Lago Constanza en el que perdió a su familia, la misma que buscó durante casi 2 años sin éxito ya que la compañía se rehusaba a reunirse con los deudos de las víctimas.

“Si alguien no considera a mis hijos o a mí como seres humanos entonces uno debe hacerlos que nos consideren así. Finalmente hice que admitieran que fue su error”, precisó Kaloyev al enterarse que Peter Nielsen todavía conservaba su trabajo como controlador de tráfico aéreo. Es decir, nada había cambiado para la persona que consideraba responsable del trágico hecho.

La sangrienta venganza de Vitaly Kaloyev

“Su conciencia no le pesaba. Dormía sin problemas, disfrutando la vida, relajándose, haciendo lo que quisiera (…) No inventé ninguno de estos detalles, me enteré de ellos durante las conversaciones con el fiscal”, fueron las palabras que Kaloyev usó para hablar sobre el día en que le quitó la vida a Peter Nielsen.

Dos años después de la tragedia áerea, en 2004, un detective privado contratado por Kaloyev en Moscú halló la dirección de la casa de Nielsen en Zurich y voló hasta Suiza para rastrearlo. “Solo lo miré y entendí que una simple conversación no sería suficiente. Tenía una expresión arrogante, una mirada engreída”, manifestó el asesino de Nielsen.

A pesar que asegura que no recuerda lo que ocurrió a continuación, testigos del crimen aseguraron que vieron a Kaloyev conversar con Nielsen y, tras intercambiar algunas palabras, el ruso apuñaló hasta matar al controlador de tráfico aéreo con una navaja de bolsillo. Agonizante en un charco de su propia sangre, Nielsen murió frente a su esposa y sus tres hijos.

“En la oficina del fiscal me dijeron que no le di ninguna oportunidad. Por el contrario, tuvo muchas más oportunidades que las que había tenido mi familia (…) Tuve la oportunidad de escapar, pero pensé que eso estaba por debajo de mí. ¿Qué hubieran pensado mis hijos al verme ahí? ¿Que su padre se acobardó y huyó?”, precisó Vitaly.

El ruso fue arrestado, llevado a juicio y sentenciado a 8 años de prisión pero fue liberado por buena conducta después de cumplir un cuarto de su condena (2 años). Skyguide finalmente ofreció disculpas y asumió su responsabilidad en el accidente después del asesinato de Nielsen. Cuatro empleados de su firma recibieron sentencias suspendidas y uno fue multado.

“Sería el hombre más feliz del plantea si nadie me conociera y mi familia estuviera viva”, finalizó en aquella entrevista en la que relató cómo su vida terminó aquel 1 de julio de 2002 en el que perdió a toda su familia y que lo llevó a protagonizar uno de los crímenes más recordados del siglo XXI.

¿Qué fue el accidente del Lago Constanza?

La también conocida como la colisión aérea en Überlingen fue un accidente aéreo ocurrido el 1 de julio de 2002 en el sector fronterizo entre Alemania y Suiza, cuando dos aviones, identificados como los vuelos 2937 de Bashkirian Airlines y 611 de DHL, chocaron en pleno vuelo aproximadamente a las 23:35 horas (GMT) sobre la localidad alemana de Überlingen, causando la total pérdida de vidas de los pasajeros y tripulación.

De acuerdo a , que cita la investigación llevada por la Bundesstelle für Flugunfalluntersuchung de Alemania, el accidente aéreo se produjo “por sobrecarga de trabajo del controlador aéreo de Skyguide, las instrucciones contradictorias entre el controlador y el TCAS equipado en los aviones, lo que produjo la confusión en la tripulación del vuelo de Bashkirian Airlines”.

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