Una mujer que pedía para comer ganó la lotería en España. (Foto: Pexels)
Una mujer que pedía para comer ganó la lotería en España. (Foto: Pexels)

Sorprendente. Jugar a la lotería es una afición que comparten millones de personas en todo el mundo, sean de la cultura que sean, profesión, creencias y con poderes adquisitivos completamente distintos. Eso sí, todos ellos tienen un sueño en común: que un golpe de fortuna cambie su vida para siempre. Esta es la historia de una mujer de escasos recursos económicos que ganó el premio mayor de la lotería en España.

Mercedes, una mujer que pedía dinero en las puertas de los establecimientos de un barrio de Alicante, España, también soñaba con que algún día un golpe de suerte le permitiera cambiar su vida, dejando atrás la pobreza para empezar con un estilo de vida más acomodado y, para su fortuna, así ha sido.

Hace unos días, Mercedes ganó un premio de 1.271.000 euros (unos 1.308.729 dólares) en la lotería de Bonoloto. Desde hace años la mujer pedía dinero, ropa o comida en las calles y luego iba a comprar un billete de la lotería por poco más de un dólar en el mismo establecimiento donde mendigaba.

Cómo se enteró que ganó

El día del sorteo los vecinos se enteraron de que el premio mayor se había vendido en ese establecimiento, por lo que había expectación por saber quién había sido el ganador. La ganadora es muy conocida en su barrio. Vive en una casa humilde junto a su pareja y tiene cinco hijos.

“Esperamos toda la mañana a que viniera el afortunado”, recuerda Eugenio Agorreta, el administrador del local, citado por el diario . “En principio descartamos a Mercedes porque seguía en su sitio, pidiendo junto al banco”, como lo hacía habitualmente.

Al acabar, pasó por el local y al ver los números ganadores no salía de su asombro. “Creo que los números que salen por la tele son los mismos que tengo yo”, le contó a Mari Ángeles Torregrosa, propietaria del establecimiento.

Lo primero que hizo tras ganar

La mujer, a quien describen como muy amable y educada, “se quedó super nerviosa”, incrédula de que la suerte le había sonreído, indica un reporte de la radio Onda Cero.

Sintió “una satisfacción inmensa” que la dejó “sin palabras (...) nos pusimos a llorar ella, yo, la gente que estaba aquí, todo el mundo”, contó Torregosa a la radio.

Con el premio ya ingresado en el banco, ha regresado a los mismos sitios que solía frecuentar para pedir ayuda, pero esta vez recibe felicitaciones.

“Lo primero que hizo fue comprarse unas zapatillas de estar por casa de cinco euros (5.05 dólares) y vino a enseñármelas”, contó Torregosa a El País.

“Siempre he estado llorando, no conocía las lágrimas por estar contenta”, recuerda Torregosa que le dijo la mujer al visitarle días después de haberse ganado el premio.


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