Un niño no pudo evitar sentirse abrumado por el poder del clásico de Beethoven. (Foto: Josh Noftz en YouTube)
Un niño no pudo evitar sentirse abrumado por el poder del clásico de Beethoven. (Foto: Josh Noftz en YouTube)

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Existen ciertas en la que uno no puede contener sus emociones y acaba derramando algunas lágrimas. Esta es una reacción natural del cuerpo que puede afectar a personas de todas las edades, incluido niños pequeños.

Para un bebé de nombre Tyler, bastó simplemente escuchar el recital de piano de su hermana mayor para desencadenar esta respuesta. Toda la escena fue grabada por su padre y se volvió tendencia tras ser compartida en redes sociales como .

Y es que la música puede ser algo tan poderoso que al escucharla, puede reducir el nivel de estrés, mejorar nuestro estado de ánimo y calmar el alma. La música también puede afectar de otras formas más profundas.

El pequeño Tyler asistió al concierto de piano en el que iba a participar con su familia y estaba sentado en el regazo de su padre. En un momento de la velada, alguien empezó a tocar ‘Claro de luna’, el clásico de Ludwig van Beethoven.

En cuestión de segundos el niño comenzó a sentirse abrumado por las notas de la poderosa pieza para piano y sus ojos se llenaron de lágrimas. Incluso a su corta edad, estaba experimentando de cerca el poder de la música.

‘Claro de luna’ (o ‘Sonata para piano No. 14’) es una inquietante melodía compuesta en 1801. Según el portal , Beethoven dedicó la mencionada pieza a su estudiante, la condesa Giulietta Guicciardi1 de 17 años y de quien se decía que estaba enamorado.

En el video que se volvió tendencia en YouTube se observa a Tyler intentando de mantener sus emociones a raya, resoplando y manteniendo sus labios bien apretados como si intentara no sollozar a todo pulmón.

Tyler fue confortado por su padre, que gentilmente lo tocó por los brazos y le aseguró que “todo está bien”. Pero el niño no podía dejar de lado esta poderosa reacción provocada por la poderosa composición.

Con la nariz moqueando y los ojos llenos de lágrimas, el pequeño logra mantener la compostura hasta el final de la interpretación, hazaña que puede ser difícil de concretar incluso para las personas adultas.

Existe un viejo dicho que señala que algunos niños parecen estar poseídos por almas de ancianos y tal parece que, en el caso de Tyler, la que posee siente una enorme apreciación por la belleza de la música.

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