Con esfuerzo y dedicación, dos extrañas lograron cumplir la promesa que se hicieron tras conocerse en medio de una maratón. (Foto: Daniel Heckert en Facebook)
Con esfuerzo y dedicación, dos extrañas lograron cumplir la promesa que se hicieron tras conocerse en medio de una maratón. (Foto: Daniel Heckert en Facebook)

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Si uno busca el significado de la palabra “determinación” en el diccionario, probablemente encuentre la foto de estas dos mujeres que, juntas y tomadas de la mano, completaron los 40 kilómetros de una famosa maratón de . Esta es su inspiradora que se volvió viral tras ser compartida en y otras redes sociales.

Comenzaron la maratón de Pittsburgh como desconocidas pero se volvieron compañeras inseparables alrededor del kilómetro 22 cuando Jessica Robertson y Laura Mazur se dieron cuenta de que iban en el último lugar.

“Te haré una promesa: no te dejaré si tú no me dejas, sin importar qué pase, cruzaremos la línea de meta juntas. Yo te prometo que no te dejaré porque no puedo hacer esto sola”, contó Robertson que le dijo a Mazur en declaraciones a la cadena CBS Pittsburgh.

“Hay una parte de ti que te dice ‘santo cielo, tengo que renunciar a esto’, pero hay otra parte de ti que dice 'cállate, no, sigue adelante, solo hazlo, continúa', y de hecho uno necesita a alguien a su lado diciéndole eso en voz alta”, relató, por su parte, Mazur.

Mucho después de que la mayoría de corredores terminaran la carrera, Suzanne Natter, Daniel Heckert y Betsy Magovern vieron a las dos mujeres acercándose al marcador del kilómetro 22 y decidieron animarlas hasta que cruzaran la línea de meta.

Precisamente, Heckert les tomó una foto en la que aparecen corriendo tomadas de la mano, que se volvió viral casi de inmediato en redes sociales. Si bien, precisó, pudieron tirar la toalla en más de una ocasión, la determinación de las mujeres por terminar la carrera era implacable.

Más de siete horas después de que empezara y ocho minutos antes de que acabara la maratón, Jessica Robertson y Laura Mazur cruzaron juntas la línea de meta, cumpliendo la promesa que se habían hecho variaskilómetros atrás.

“No fue algo relacionado al género, raza o religión. Nada de eso importó, simplemente éramos dos individuos, dos seres humanos que tenían una meta en común y nos apoyamos la una en la otra para alcanzarla”, finalizó Robertson.

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