Sean Laidlaw es el nombre del experto en desactivación de bombas que estuvo por Siria a inicios de años y conoció a la tierna perrita Barrie. (Foto: Guía del Varón)
Sean Laidlaw es el nombre del experto en desactivación de bombas que estuvo por Siria a inicios de años y conoció a la tierna perrita Barrie. (Foto: Guía del Varón)

Si bien existen muchas historias de lealtad y valentía en la guerra, esta tocará tu corazón de manera especial. Sean Laidlaw es un soldado que estuvo destacado en Siria y encontró a su compañero ideal, un can de nombre Barrie. El tierno final de la historia fue compartido en el portal de .

Pocos conocen las condiciones en las que viven miembros de las diferentes Fuerzas Armadas que les toca trabajar en el Medio Oriente. "La soledad te juega una mala pasada", comentó Sean.

(Foto: Guía del Varón)
(Foto: Guía del Varón)

En uno de sus habituales días de trabajo el militar en mención percibió la presencia de un tierno cachorro, quien se escondía asustado por las constantes explosiones en el lugar.

En aquel momento nació una relación eterna entre el soldado y el perrito, la misma que pese a la dificultades que se presentaron en el camino, se mantuvo fuerte y los unió para siempre.

(Foto: Guía del Varón)
(Foto: Guía del Varón)

Luego de unos meses de arduas labores, le tocó regresar a casa para disfrutar de sus vacaciones. Hasta ese momento todo marchaba con normalidad y vería a Barrie a su regreso, pero eso no pasaría.

Finalizaron su contrato abruptamente y la vida le puso el primer obstáculo para ver de vuelta a su buen amigo Barrie.

"Soy quizás la única persona que estaba triste de no regresar a Siria. Estaba en camino al Aeropuerto con mi papá cuando recibí un mensaje de no abordar el vuelo y regresar a casa".

Pero querer es poder y Sean hizo todos los trámites de rigor, en complicidad con algunos compañeros que aún trabajaban en Siria, para gestionar el reencuentro.

"Trabajar en una zona de guerra es regresar a casa y sentarte en un cuarto completamente solo. Tener la compañía de alguien con quien jugar, entrenar mantenía mi mente lejos de todo lo que estaba viendo y habiendo allá. Entrenarla por un par de horas, sacarla a caminar, cosas como esas, en realidad me apartaban de donde estaba. Me dio un poco de normalidad, ella me mantuvo sano".

(Foto: Guía del Varón)
(Foto: Guía del Varón)

Esta es una gran historia que confirma los lazos sentimentales entre los animales y el hombre. Barrie fue el mejor amigo de Sean. Este último se lo pagó con un hogar y mucho amor.

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