La protagonista de esta increíble historia advirtió que un derrame puede ocurrir en cualquier momento de nuestra vida. (Foto: Pexels/Referencial)
La protagonista de esta increíble historia advirtió que un derrame puede ocurrir en cualquier momento de nuestra vida. (Foto: Pexels/Referencial)



Jamás pensó que algo aparentemente inofensivo la dejaría paralizada parcialmente. Natalie Kunicki, quien trabaja como paramédico para el Servicio de Ambulancia de (), se recupera de un derrame cerebral a sus escasos 23 años después de “sacarse un conejo”.

Todo ocurrió cuando Kunicki veía películas tendida sobre una cama junto a un acompañante después de una salida nocturna el pasado 4 de marzo y sin pensarlo se tronó el cuello, escuchando un fuerte ruido, informó el diario británico .

Quince minutos después, al querer levantarse para ir al baño, colapsó y no podía mover su pierna. Al no querer que sus compañeros de trabajo creyeran que estaba “embriagada”, evitó contactar al servicio de emergencias y trató de quedarse dormida.

Sin embargo, eventualmente cambió de parecer y pidió ayuda. “Pensé que era poco probable que se tratara de un derrame pero debí haberlo sabido mejor”, señaló la joven, cuya coordinación era escasa y su ritmo cardíaco, así como su presión sanguínea, estaban sobre las nubes.

Los doctores descubrieron que Kunicki había roto accidentalmente su arteria vertebral, importante vía sanguínea en su cuello. Dicha ruptura causó un coágulo de sangre en su cerebro, lo cual provocó un derrame.

“Los médicos me dijeron después que el tronar mi cuello causó que mi arteria vertebral se rompiera. Fue algo espontáneo y hay una probabilidad de una en un millón de que ocurra”, reveló la joven.

Kunicki fue sometida de inmediato a una cirugía, que duró tres horas, y si bien los doctores pudieron ser capaces de reparar su arteria, no pudieron sacar el coágulo de su cerebro (aunque señalan que se disolverá con el tiempo).

El derrame, sin embargo, dejó paralizado casi por completo el lado izquierdo del cuerpo de la joven pero lentamente está recobrando su movilidad y puede caminar, aunque no por más de cinco minutos.

Pese a sus avances, los médicos no están seguros cuándo ni si Kunicki logrará recuperarse por completo pero ella está determinada en recuperarse para volver lo más pronto posible al trabajo de paramédico que tanto adora.

“Soy realmente torpe. No puedo abotonarme, lo encuentro muy difícil. Puedo sentir el frío y el calor ahora pero aún me siento algo adormecida. La gente tiene que saber que por más joven que sea, algo así de simple puede provocar un derrame”, manifestó la joven.

“Ni siquiera intenté hacer sonar mi cuello. Me moví y simplemente ocurrió”, finalizó la joven, cuyos familiares crearon una página de para recaudar dinero para su tratamiento y poder darle una mejor calidad de vida mientras se recupera.

Contenido sugerido

Contenido GEC

No te pierdas