A varios años de su muerte, el deseo de Pablo Escobar de tener su zoológico privado acabó convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza para Colombia tiempo después. (Foto: Pixabay/USI)
A varios años de su muerte, el deseo de Pablo Escobar de tener su zoológico privado acabó convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza para Colombia tiempo después. (Foto: Pixabay/USI)

Si quieres ver a hipopótamos en su hábitat natural, no es necesario viajar tan lejos. Basta con ir a , exactamente a una antigua finca que dejó el desaparecido narcotraficante colombiano , el infame capo de la droga que tenía un imperio de producción y tráfico de droga en todo el mundo, que ahora funciona como un parque temático que acoge a estos enormes animales. Pero lejos de ser una atracción turística, estos especímenes se han convertido en una bomba de tiempo.

Johnny Harris, conductor del programa de , explica cómo fue que el narcotraficante, que una vez fue el hombre más buscado del mundo por delitos como asesinato y terrorismo, quiso construir un zoológico privado en la zona rural de con el dinero de sus actividades ilícitas, para lo cual importó jirafas y animales exóticos de varias partes del mundo, incluyendo cuatro hipopótamos.

Sin embargo, cuando Pablo Escobar fue asesinado a tiros a comienzos de los noventa, el Gobierno de Colombia llegó a Doradal y reclamó su excéntrica propiedad, llevándose a todos los animales y distribuyéndolos en varios zoológicos, a excepción de los cuatro hipopótamos, a los que no tocaron y simplemente dejaron libres a sus anchas en el pantano. Varios años después, su población aumentó a 50 debido a su rápida proliferación.

Ahora, los hipopótamos son un gran problema para el Gobierno de Colombia y una amenaza para los locales ya que estos enormes mamíferos nativos del continente africano son muy agresivos y son considerados por algunos como los animales más feroces del planeta. Incluso, un gran número de personas son asesinadas por hipopótamos en África cada año que por otro cualquier otro animal salvaje.

Si bien los hipopótamos se convirtieron en parte del espectáculo del parque temático erigido en la antigua propiedad de Pablo Escobar, las pistas de audio que se reproducen en sus hábitats explican que estos animales forman parte de “audaz plan de rescate y conservación” y que “viven en un ambiente natural y próspero”, puntos en los que difiere el biológo David Echeverrí, a la sazón ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia.

“Es un problema muy grande. Estamos hablando de más de 50 hipopótamos que están acá (...) Hay una invasión de hipopótamos”, explica Echeverrí al canal de YouTube, al tiempo que señala que el parque actualmente no puede contener a estos enormes animales, que han empezado a deambular por la zona y establecerse en ríos y estanques a varios kilómetros de distancias, incluso hasta haciendo visitas inopinadas a los pueblos cercanos.

Es así que al ministro de Ambiente y Desarrollo y el equipo que lidera el Gobierno de Colombia les encomendó la tarea de descubrir una solución a este problema a fin de evitar que estos hipopótamos sigan moviéndose a lugares con gente y qué hacer con su población a medida que crezca con el paso del tiempo. Esto es algo realmente difícil, debido a que nadie ha tenido que lidiar con algo así antes.

“Uno no encuentra [la respuesta a ]esto en Internet. Uno no puede buscar ‘tengo una población de hipopótamos en un sitio al que no pertenecen’. ¿Qué hago?”, ironiza el ministro sobre la situación a la que llama como ‘El paraíso de los hipopótamos’. Y es que en realidad es un verdadero paraíso ya que esta zona de Colombia es un lugar ideal para ellos a diferencia de África, donde las sequías evitan que se proliferen.

Además, sin un depredador natural o alguna clase de competencia por el alimento, los hipopótamos se vuelven activos sexualmente en una temprana etapa de sus vidas, comen más y simplemente la pasan de lo lindo gracias a lo que Colombia tiene para ofrecerles, un país que es considerado como uno de los lugares con más biodiversidad en la Tierra pero que al mismo tiempo la creciente población de esta especie invasiva le hace un gran daño.

Y es que las especies invasivas son la mayor causa de la pérdida de biodiversidad de un país y los biólogos ya han empezado a percatarse que la presencia de los hipopótamos está afectando a los distintos ecosistemas existentes en Colombia. Pero no son solo una amenaza para estos lugares, ya que a medida que empiezan a reproducirse y a migrar, entran en contacto cada vez más con los humanos.

Y pese a que los locales los consideran como animales inofensivos y que no le hacen daño a nadie, lo que le preocupa al ministro Echevarría es que estos no estén al tanto de lo peligrosos que pueden llegar a ser. Afortunadamente, hasta ahora nadie ha resultado herido en alguno de estos encuentros, pero con la población de hipopótamos creciendo rápidamente, no pasará mucho tiempo antes de que pase un terrible accidente.

Pensando en este escenario, al ministro y sus colaboradores se les han ocurrido algunas estrategias para lidiar con este problema. Primero, trataron de contenerlos físicamente con cercas y muros de piedra pero no dio resultado. Lo siguiente que intentaron fue castrar a los machos para evitar que se reproduzcan pero sedar y castrar a un hipopótamo es peligroso, demanda mucho tiempo y es costoso.

“Logramos alcanzar a hacer una esterilización al año y estamos hablando que anualmente están resultando aproximadamente entre 5 a 10 hipopótamos. Entonces, no es una medida efectiva”, reflexionó Echevarría antes de ahondar en la última de sus opciones, lo que uno hace con cualquier especie invasiva grande y peligrosa que empieza a apoderarse de un ecosistema de la que no es nativa: la exterminación.

“Un experto de Sudáfrica nos decía ‘ustedes tienen un problema, el problema es una bomba de tiempo. Cada vez va a ser peor. La solución es matarlos’”, recordó el ministro, pero cuando las Fuerzas Armadas envió un equipo de caza al lugar, mató a uno de los hipopótamos y publicó una foto del hecho, aquello no salió para nada bien y desató toda una controversia en Colombia.

Y es que a la gente no le gustó la idea de que estos hipopótamos sean cazados y asesinados, al punto que un juez federal prohibió la caza controlada de estos animales. “Hemos matado a un tigre, jaguar, pumas, un oso porque a esos sí los matan pero a estos [los hipopótamos] no [...] Resulta que con los hipopótamos es un tema complejo porque es una especie muy carismática, es una especie que la gente la ve muy llamativa, muy de aspecto bonachón, tierno”, añadió.

La mejor solución, y una por la que el titular de Ambiente y Desarrollo se inclina bastante, es simplemente mudar a los hipopótamos. “Gestionar con entidades de todo el mundo que puedan recibirlos, que los podamos reubicar en sitios en los cuales se les garantice las condiciones controladas”, agregó, pero hasta que esto suceda, estos animales seguirán vagando a sus anchas.

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