Si no planeas utilizar la leche antes de su fecha de caducidad, puedes congelarla. (Foto: Pexels)
Si no planeas utilizar la leche antes de su fecha de caducidad, puedes congelarla. (Foto: Pexels)

La es una bebida muy popular en el mundo: el protagonista principal del . Además es una buena fuente de proteínas y aminoácidos, así como fortalece los huesos, previene la osteoporosis y favorece el metabolismo. Si quieres aprovechar todos sus beneficios durante más días, a continuación te compartimos algunos tips para mantener la leche fresca.

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Al momento de comprar de la leche

  • Realiza todas tus compras y deja la leche para el final. De esta manera, no estará sin refrigerar durante mucho tiempo y será menos probable que se se generen bacterias dañinas en ella.
  • Antes de ponerla en tu bolsa del mercado o carrito, revisa la fecha de caducidad para elegir la opción que tenga un plazo más largo de consumo.
  • Cuando llegues a casa, refrigérala lo antes posible. Tampoco la dejes en la mesa mientras haces otra cosa. Se recomienda que tomes la porción necesaria y guardes el resto inmediatamente.

No la pongas en la puerta del refrigerador

¿En qué lugar de la refrigeradora o nevera conservamos la leche? De seguro es en la puerta, que es donde la coloca casi la mayoría. Entre otras cosas porque los envases que compramos en el mercado parecen diseñados especialmente para esa zona del refrigerador. Bueno resulta que es un error y es el último sitio que conviene a esta clase de lácteos y aquí te explicamos por qué.

Pues porque es la zona de la nevera menos fría y más sometida a cambios de temperatura, esto debido al frecuente abrir y cerrar de la puerta, muy perjudiciales para unos productos tan delicados como la leche y los lácteos como el que no deben romper la línea de frío desde que los adquirimos.

La leche no debe guardarse en la puerta de la refrigeradora. (Foto: Azri | Flickr)
La leche no debe guardarse en la puerta de la refrigeradora. (Foto: Azri | Flickr)

Este espacio es ideal para productos con conservantes naturales, como la mayonesa, el ketchup, la mostaza y otras salsas envasadas o los jugos industriales. En las repisas más grandes de la nevera en la puerta se puede poner el agua, vino y otras bebidas embotelladas. Cocinados arriba, crudos abajo.

Mantenla en su envase original

Es recomendable mantener la leche en su envase original para conservar su sabor y beneficios nutricionales. El empaque siempre debe estar cerrado y lejos de los alimentos con olores fuertes en el refrigerador, ya que este lácteo se impregna fácilmente de los aromas intensos.

Si tomas un vaso de leche y no te lo acabas, no lo regreses al cartón o envase. Este hábito podría provocar que el resto de la leche se eche a perder. Guarda el sobrante en otro recipiente tapado, mételo al refrigerador y consúmelo lo antes posible.

En el caso de la leche enlatada, consérvala a temperatura ambiente mientras esté cerrada. Cuando la abras, pásala a un frasco de vidrio con tapa y refrigera. Úsala en los próximos días después de abrirla.






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