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¿Sabías que sonreír falsamente en el trabajo puede provocar que uno libe más al término de la jornada? Esta es la conclusión a la que llegó un nuevo estudio en el que se analizaron los hábitos de bebida de las personas que se desempeñan en el rubro de la atención al público.
Los investigadores de Penn State y la Universidad de Buffalo señalaron que los empleados que fuerzan la sonrisa y tratan de lucir más felices frente a la clientela corren más riesgo de beber alcohol intensamente después de finalizar sus turnos en sus respectivos centros de labores.
También indicaron que el fingir emociones positivas, incluyendo resistir al gesto de voltear los ojos, puede ser tan agotador para algunos que puede llevar al consumo de alcohol por lo se sugiere a los empleadores a reconsiderar sus políticas de “atender con una sonrisa”.
“Fingir y suprimir emociones con los clientes se relacionó con beber más allá del estrés del trabajo o tener sentimientos negativos”, precisó Alicia Grandey, profesora de psicología de Penn State, en relación al estudio publicado en Journal of Occupational Health Psychology.
“No es solo sentirse mal lo que los hace recurrir al alcohol. En vez, mientras más tengan que controlar sus emociones negativas en el trabajo, menos serán capaces de controlar su consumo de alcohol después de la jornada laboral”, añadió la catedrática.