La presencia de bultos en el cuello en la primera señal de alarma que no debes pasar por alto. (Foto: Pexels)
La presencia de bultos en el cuello en la primera señal de alarma que no debes pasar por alto. (Foto: Pexels)

Frente a esta enfermedad, la prevención es la principal arma. La tiroides, es una pequeña glándula ubicada debajo del cartílago tiroideo, conocido comúnmente como manzana de adán, tiene la forma de una mariposa pequeña y es capaz de regular el metabolismo de todas las funciones del ser humano mediante la secreción de la hormona tiroidea y somos incapaces de sobrevivir sin la misma. Esta glándula, como cualquier otro órgano, puede ser blanco de múltiples enfermedades como hipertiroidismo, hipotiroidismo, tiroiditis, nódulo tiroideo y cáncer tiroideo, el mismo que podría diseminarse a otros órganos mediante metástasis. Es aquí donde resulta vital estar alerta ante las principales señales de que se está desarrollando.

¿Cómo detectar el cáncer de tiroides?

El cáncer tiroideo, como muchos tipos de cáncer, no muestran síntomas específicos en sus inicios, ya que depende del tipo de tiroides que se padezca. Sin embargo, a medida que se va extendiendo, van apareciendo ciertos signos de alerta que deben ser atendidos rápidamente. “La mayoría de estos síntomas no son tomados en consideración por las personas; sin embargo, ser diagnosticados a tiempo puede ser clave para que el especialista dictamine un tratamiento rápido y adecuado para detener su avance, y futuros problemas”, indicó el Dr. Darío Bardales, médico endocrinólogo. A continuación, los síntomas principales:

  1. Presencia de bultos en el cuello: Es la forma más común de detección del cáncer tiroideo cuando pacientes detectan una masa irregular o hinchazón en el cuello. Ello puede o no provocar molestia o dificultad para ingerir los alimentos. “La aparición de bultos en el cuello con o sin ganglios es el principal síntoma de alerta y es recomendable que la persona acuda inmediatamente a una evaluación para determinar la naturaleza del bulto”, agregó el especialista.
  2. Dificultad para ingerir alimentos: La masa irregular ubicada en el cuello puede presionar el esófago y con ello, impedir una correcta digestión. “La sensación de ahogamiento al ingerir alimentos sólidos, es un indicador alto de posibles complicaciones tiroideas”.
  3. Cambio en el tono de voz: El tono de voz más grave o sensación de ronquera sin un motivo específico, puede significar que alguna masa o bulto está presionando las cuerdas vocales. “Cambios repentinos y continuos en el habla son señales para acudir con un especialista inmediatamente”.
  4. Antecedentes familiares: Los pacientes cuyos familiares fueron diagnosticados con cáncer de tiroides, tienen mayor probabilidad de padecerlo. Por ello, se recomienda realizar pruebas genéticas en edad temprana para evaluar si la persona presenta signos de desarrollar a futuro esta neoplasia.

Cómo se trata el cáncer de tiroides

El Dr. Bardales indica que los casos de cáncer de tiroides pueden curarse con una serie de tratamientos. “Esta neoplasia pasa primero por una cirugía donde se extrae la glándula tiroidea y luego de ello, se utiliza un método sustitutivo con hormonas tiroideas. El objetivo es disminuir la producción natural de la glándula propia y evitar, en la gran mayoría de casos, las quimioterapias o radioterapias”, agrega.

Además detalla que una vez la célula cancerígena es retirada se continúa con un tratamiento farmacológico para controlar la hormona tiroidea sin problema alguno, el cual se puede encontrar en diferentes presentaciones. “El fármaco Eutirox es utilizado para prevenir y detener el crecimiento de masas irregulares en pacientes diagnosticados con tiroides o cáncer de tiroides . La cantidad de dosis que la persona pueda tomar depende de factores como el estado funcional tiroideo, peso y otros. En cualquier caso, debe ser determinado por el médico especialista”.

En esa línea, resalta la importancia de acudir a los centros médicos para la realización de exámenes hormonales y de imágenes tiroideas, con el fin de identificar a tiempo cualquier patología y tratarla en forma temprana. “Si la paciente es diagnosticada, es indispensable continuar con los procedimientos respectivos, así como realizar los tratamientos y obtener los mejores resultados”.


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