Era noviembre de 2008 y los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos nos dejaban saber que el "Yes, we can" de Barack Obama, candidato demócrata elegido por un 64.9 % del país, había convencido a la ciudadanía.
El hijo de Barack Obama Sr., economista de origen keniano, y de Shirley Ana Durham, doctora en Antropología por la Universidad de Hawai, había logrado hacer que su mensaje sea visto como una luz esperanzadora cargada de expectativa y optimismo.
Su campaña no solamente presentó las habituales propuestas políticas, sino que supo convertir la vida de Obama en una especie de narrativa que acercó al candidato a la gente. Al mismo tiempo, se inscribió en un planteo generacional: “esta es la generación que producirá los cambios que EEUU necesita”, mencionaba continuamente.
Además, su campaña supo diferenciarse de la propuesta de John McCain, a quien Obama consideró siempre como un simple heredero de Bush. Y es que su campaña fue concebida como una auténtica "cruzada" reformista llena de esperanza que contrastó el futuro con el pasado y que reforzaba con el ya conocido "Yes, We Can".
Adicionalmente, su mensaje se apoyó efectivamente en distintos medios de comunicación como las vallas en vías públicas, la televisión y, sobre todo, Internet y las redes sociales.
Es así que Barack Obama logró ampliar progresivamente su ventaja frente a su competidor, logrando convertirse en el 44° presidente de los Estados Unidos y el primero de raza afroamericana.
En la galería de fotos, Obama y su familia celebran junto a cientos de seguidores la victoria en las urnas. El Grant Park de Chicago se convirtió así en el escenario del que sería el primer mensaje a la nación del quien dirigiría la nación por los próximos años.