El 31 de mayo de 1970 fue inaugurado el Mundial de México con un partido entre la selección local y la Unión Soviética, y en el Perú, el fútbol se apropió de todo. Con Teófilo Cubillas y Alberto Gallardo adelante, la bicolor llegaba a México con la intención de hacerlo su Mundial, pero en casa, la tierra tembló sin importarle ni el fútbol ni la Copa del Mundo. Ese mismo día, más de 50.000 personas murieron y otras 20.000 desaparecieron para siempre en el Perú.
Poco después del México vs URSS, un terremoto de 7,9 grados en la escala de Richter sacudió el Perú entero, sobre todo la región de Áncash, donde las consecuencias alcanzaron dimensiones apocalípticas. Si bien la tierra solo tembló durante 45 segundos, 10 minutos después se desprendió una franja del nevado Huascarán de unos 800 metros de ancho por 1.500 metro de largo, que se convirtió en una avalancha de 30 millones de toneladas de lodo, hielo y piedras.
En cuestión de segundos, las localidades Yungay y Ranrahirca fueron enterradas. Solo en Yungay murieron alrededor de 20.000 personas. Caraz y Carhuaz, en el Callejón de Huaylas, también fueron destruidas casi en su totalidad, mientras que la mayoría de casas de adobe en Huaraz se vinieron abajo.
La magnitud de la avalancha fue tal que en Yungay solo quedaron en pie cuatro palmeras de la plaza principal. ¿Sobrevivientes? Las 300 personas, sobre todo niños, que subieron a la zona más alta del cementerio y los asistentes al circo que se instaló en el Estadio Fernández. Todos los demás murieron. Los cuerpos de miles de víctimas nunca fueron encontrados.
En este enlace de El Comercio puedes conocer al detalle todo cuanto ocurrió en Huaraz. Incluso ver las fotos registradas por los periodistas del diario que llegaron al lugar de la tragedia.
En tanto, estas otras fotos pertenecen al archivo de la agencia AFP: