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Todo estaba fríamente calculado. Cuando saltó al terreno de juego en el minuto 17 del duelo entre Tottenham y Liverpool por la gran final de la Champions League, que se disputó el pasado fin de semana en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid y acabó con un triunfo 2-0 a favor de los 'Reds', Kinsey Wolanski conocía perfectamente las consecuencias de sus actos.
Kinsey Wolanski, una modelo estadounidense de 22 años, saltó al gramado luciendo un bañador de color negro en el que se podía leer las palabras Vitaly Uncensored, nombre del canal de YouTube de su novio Vitaly Zdorovetskiy, un ruso cinco años mayor que ella que se dedica a grabar bromas para público adulto.
A pesar de que no hay un registro claro del momento en el que la voluptuosa mujer invadió la cancha, miles de fotógrafos y aficionados del fútbol, tanto en sus las gradas como en sus hogares, grabaron la escena para la posteridad y rápidamente se convirtió en un fenómeno viral, traduciéndose en una buena fuente de ingresos para la pareja.
Y es que según estimaciones del grupo de análisis de impacto de marketing Apex Marketing Group, la incursión de Kinsey Wolianski al campo del Atlético de Madrid generó cuatro millones de dólares en publicidad gratuita, cifra que contrasta con los costes de la multa que la pareja deberá pagar impuesta por la UEFA.
De acuerdo a las reglas de la confederación europea de asociaciones nacionales de fútbol y máximo ente de este deporte en el continente, Kinsey Wolianski y Vitaly Zdorovetskiy deberán pagar una penalidad de entre 5.000 euros a 8.000, además de otros 10.000 euros por publicitar una página web con un mensaje “no apto” para este tipo de competición.
Pese a ello, Kinsey Wolianski tiene otro motivo más para sonreír ya que logró recuperar su cuenta de Instagram que fue ‘hackeada’ poco después de su “salto a la fama” y su legión de admiradores creció en más de dos millones y medio. ¿Cuál fue su primera publicación ni bien regresó? Una foto suya montada en una estatua con la frase: “Conquisté Madrid, ¿qué sigue?”.