En 2021, el argentino Damián Salas hizo historia al consagrarse campeón de la World Series of Poker (Serie Mundial de Póquer), torneo llevado a cabo en Las Vegas, Estados Unidos. Tras competir en un duelo mano a mano con el norteamericano Joseph Hebert, el latino logró hacerse con los 2,5 millones de dólares del primer puesto.
En conversación con el medio argentino Todo Noticias, Damián recordó sus inicios en este juego de cartas: “A los 11 les ganaba a la escoba del 15 porque sabía qué tenía cada uno. Era un enfermo de las cartas, tenía fascinación”.
Según contó, a los 13 solía jugar con sus amigos apostando bebidas o cantidades pequeñas de dinero: “No tiene sentido jugar sin apostar nada, tiene que haber algo para ganar o perder. Esa es una de las herramientas más importantes del juego”.
Desde que era muy joven, sabía que tenía un don para las cartas: “Les ganaba casi siempre. De 100 veces que jugábamos, perdía dos. Realmente tenía talento”.
Fue de esta manera que llegó al juego online. Aunque perdió los primeros 100 dólares que depositó, volvió a colocar otros 100 y nunca más tuvo que hacerlo de nuevo, ya que empezó a ganar sin parar.
“Yo no juego por dinero, me gusta el desafío”
“Yo era un abogado con 80 clientes. Además tenía un hijo y otro en camino, por lo que tuve que decidir: póker o abogacía. Elegí mi pasión y de a poco fui derivando mis clientes a otros socios. Ahora el póker es mi profesión y la abogacía es mi hobby”, señala. “Voy a jugar mientras tenga las ganas y la pasión intacta. Yo no juego por el dinero, me gusta el desafío porque soy competitivo”.
En cuanto al juego, Damián asegura que, aunque el azar es importante, gana el que “más se prepara y entrena”. Asimismo, dijo que presta mucha atención al perfil de su adversario de turno, ya que este puede ser “conservador, más arriesgado, más mentiroso”. “Yo hago estrategias en base a ellos”, agrega.
Finalmente, hizo hincapié en la importancia de tener una mentalidad positiva: “Te pueden noquear en cualquier momento y hay que bancársela y tener la confianza para salir de eso. Esa es la diferencia entre los jugadores de élite y el resto”.
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