Con todo el amor que ofrecen, la compañía que proporcionan y su lealtad incuestionable, es inevitable que los perros acaben convirtiéndose en un miembro más de la familia durante toda su vida. Por eso mismo, la peor pesadilla de los dueños es tener que hacer frente a una pérdida.

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Una terrible sensación que experimentó Jessie Springer, una mujer en Estados Unidos que en 2015 perdió a su queridísimo perro Nugget. Ella lo buscó por todas partes, pero no apareció. Aún así, no se dio por vencida y mantuvo la esperanza en todo momento pensando que algún día volvería, y así fue.

Según , Jennifer, una residente de Travelers Rest, en Carolina del Sur, estaba sentada en su porche en una tarde lluviosa reciente y vio a un perro cojeando en el camino cerca de su casa.

“Lo primero que pensé fue que tenía que llevarlo al veterinario de emergencia y que le revisaran si tenía un microchip”, dijo Jennifer a la estación.

Jennifer siguió su intuición y llevó al canino a un hospital de animales. Como sospechaba, el cachorro tenía un microchip; lo que sorprendió a Jennifer y al veterinario fue que el dueño vinculado al perro vivía a 2,700 kilómetros de distancia en Farmington, Nuevo México.

El contacto con su dueña

A partir de la información del microchip, Jennifer supo que el nombre del perro cojo era Nugget y que tenía una familia. Envió un mensaje de texto al número de teléfono proporcionado como contacto del propietario en el microchip y se comunicó con Jessie Springer.

Springer se sorprendió al saber que su querido perro, que desapareció hace más de siete años, apareció con vida a cientos de kilómetros de distancia.

“Cuando Jen me envió un mensaje de texto, dije, espera, ¿qué?”. dijo Springer a . “Este perro nunca se apartó de mi lado, así que pensé que se había ido a morir porque ya era viejo”.

(CLHR) trabajó con Jennifer y Springer para reunir a Springer con Nugget, cubriendo el vuelo del propietario a Carolina del Sur para recoger al cachorro.

No está claro cómo Nugget, que ahora tiene 16 años, terminó tan lejos de casa, pero CLHR cree que Nugget podría haber sido recogido por alguien en un viaje por carretera que decidió llevarse a la mascota, sin darse cuenta que el animal tenía un microchip y pertenecía a otra persona.

Springer está agradecida con todos los que hicieron posible su reencuentro con Nugget y recomienda a todos que le ponga un chip a sus mascotas.

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