Menos de 24 horas después de que le insertaran un tubo en el corazón, el joven donante volvió a trabajar en una escultura para la escuela de arte. | Crédito: Mick Chivers / NPR
Menos de 24 horas después de que le insertaran un tubo en el corazón, el joven donante volvió a trabajar en una escultura para la escuela de arte. | Crédito: Mick Chivers / NPR
Ronie Bautista

Mick Chivers es un estudiante de medicina de 20 años de la Universidad de Brown que literalmente se comprometió “hasta la médula” para ayudar a una persona que no conocía. El plan de este joven de era donar sus células madre, pero las cosas no salieron como planeaba en un principio, aunque sí hubo un final feliz gracias a su determinación. Esta es la inspiradora como su desinteresado acto le dio a un extraño una segunda oportunidad de vida.

De acuerdo a la , medio que publicó originalmente el relato, el personal del intentó extraer las células madre del torrente sanguíneo de Chivers, pero pese a tratar 13 veces no lograron colocar la intravenosa en su brazo derecho. Después de tantos intentos, la mayoría de la gente pensaría en cancelar todo ya que se trataba de una donación anónima para alguien a quien tal vez nunca conocería en persona.

Sin embargo, había otra opción: colocar un pequeño tuvo cerca de la entrada de su corazón insertándolo a través de la vena en su pecho o cuello para obtener la muestra. El único inconveniente es que no había ninguna instalación cercana en el área para llevar a cabo el procedimiento llamado . Pero cuando todo parecía perdido, apareció una tercera alternativa: un cultivo de médula ósea, un proceso quirúrgico mucho más invasivo y que hace que el donante afronte un largo proceso de recuperación.

Además, involucra que la médula ósea sea extraída de la pelvis, algo que asustó un poco a Chivers, pero que a pesar de todo eso, estaba determinado a cumplir con su cometido tras haberse inscrito como donante durante la primavera de 2021 y enterarse que era compatible con un paciente en febrero pasado. Con eso en mente, quería continuar hasta el final y más desde que a quien ayudaría iba a ser una persona de la tercera edad con leucemia que estaba a la espera de una segunda oportunidad de vida.

Trasplantes de células madre, un acto que depende de la bondad de extraños

Los trasplantes de células madre, también conocidos como trasplantes de médula ósea, se usan para tratar a pacientes con leucemia, linfoma, enfermedad de células falciformes y otros trastornos. Existen estudios médicos que buscan descubrir su potencial para curar el alzheimer y lesiones de la médula espinal, ya que las células madres son el modelo base de virtualmente cada una de las células que componen el cuerpo humano. Es por eso que tanto las células madres como sus respectivos donantes tienen una gran demanda.

Bajo esa premisa, Chivers se inscribió en el Programa Nacional de Donantes de Médula, mejor conocido como , que conecta a sus participantes con organizaciones sin fines de lucro abocadas a esta causa y, a su vez, con doctores y sus potenciales donantes. Si bien la primera opción de los pacientes en necesidad de células madre es buscar si hay compatibilidad entre sus familiares, especialmente si son de primer grado de consanguinidad como un hermano o una hermana.

Dado que los hijos heredan la mitad de los genes de sus padres, estos solo son compatibles en un 50 %, es decir, de haplotipo no compatible. Y hallar una coincidencia con un pariente solo ocurre el 30 % de las veces, precisa Jamie Margolis, vicepresidente senior de los servicios al donante del Programa Nacional de Donantes de Médula. El otro 70 % de los pacientes confía en la amabilidad de extraños, quienes ofrecen su cuerpo y tiempo voluntariamente con la esperanza de salvar a alguien que tal vez nunca conocerán.

Por tal motivo, Be the Match incentiva a jóvenes entre las edades de 18 a 35 años que donen células madre ya que son más propensos a terminar en trasplantes exitosos. Además, existe una necesidad especial de que las personas no caucásicas donen: una compatibilidad exitosa de células madre generalmente proviene de un donante con el mismo origen étnico. Para los pacientes caucásicos, la probabilidad de hallar una coincidencia en el registro es del 79 %. Eso cae hasta un 29% para los afrodescendientes, según detalla Margolis.

El día de la donación llegó

Otra cosa que motivaba a Chivers a llegar hasta el final con el proceso es, mucho antes que naciera, el cáncer le arrebató la vida al hermano de su madre, Jason Keating, poco después de cumplir los 13 años y nunca pudo hallar a un donante. Así que, el joven quería donar células madre en memoria de su tío para que las familias de los pacientes no vivan con el trauma que experimentó tanto su madre como el resto de sus parientes por haber perdido a un ser querido a causa de esta enfermedad.

Después de asegurarles que iba a hacer todo lo que estaba a su alcance para salvar la vida del anciano, Chivers pidió a cambio a Be the Match que hagan todo lo que pudieran para buscar una instalación para que se lleve a cabo la línea central. Si sus esfuerzos no tenían éxito, entonces él iba a aceptar pasar por el cultivo de médula ósea, que implica remover hasta dos cuartos de médula ósea introduciendo una aguja en cada uno de los huesos de la cadera dos o tres veces mientras el paciente se encuentra bajo anestesia general.

Si bien los donantes pueden experimentar molestias durante el mencionado procedimiento y el tiempo de recuperación suele durar unas tres semanas, Mike estaba determinado a seguir sin importar el costo, ya que la recompensa iba a ser superior a lo demás. Por un azar del destino, el cultivo de médula ósea no fue necesario ya que el pasado 13 de abril recibió un mensaje de texto de Be the Match informándole que había conseguido una línea central para la mañana del día siguiente en Providence.

Previo a ello, Mick Chivers tuvo que pasar por una prueba molecular (PCR) de COVID-19 y una batería de examenes de sangre. Adicionalmente, recibió una serie de vacunas para aumentar su producción de células madre antes de someterse a la línea central. A las 6:30 a.m. del 14 de abril, el joven se dirigió al Banco de Sangre de Rhode Island para recibir un refuerzo a fin de incentivar aún más su conteo de células madre y, posteriormente, fue trasladado al para el procedimiento.

Receptor de las células madre celebra su “segundo cumpleaños”

El procedimiento de línea central es el método menos común de extracción de células madre, ya que la gran mayoría de los donantes se someten a la aféresis simple establecida en el brazo izquierdo y derecho: la sangre sale de un brazo, las células madre se extraen de la sangre y la sangre vuelve al otro brazo. Chivers estaba haciendo lo mismo, pero en lugar de pincharle los brazos, le atravesaron el cuello. Los médicos insertaron un tubo a través de su yugular en el lado derecho de su cuello y lo guiaron hacia el corazón.

Su sangre salió del cuerpo y pasó por una máquina de aféresis, que separó y eliminó aproximadamente 2 pintas (946 ml) de células madre, antes de regresar al cuerpo por la misma vena. Después de varias horas, el procedimiento estaba completo. Un mensajero recogió las células madre y se apresuró al aeropuerto para darle una segunda oportunidad de vida al receptor, a quien se le programó la transfusión al día siguiente.

Este tipo de pacientes como el que ayudó Chivers se refieren al día en que reciben la donación de células madre como su “segundo cumpleaños”. Si bien se desconoce la identidad de dicha persona debido a los principios de confidencialidad por los que se rige la medicina, el joven sabe que su buena acción le permitirá a este anciano seguir disfrutando de la vida y el precio que tuvo que pagar lo vale por completo. Después de la donación, Mick se recuperó rápidamente y retomó sus actividades normales.

Además de sus estudios de medicina, sigue trabajando a la par de llevar una vida hogareña, navegando y estudiando arte. Menos de 24 horas después de ser dado de alta, pasó nueve horas elaborando una escultura. Él espera que trabajar con sus manos lo ayude más adelante si consigue el empleo de sus sueños como cirujano de Trauma y Emergencias. En retrospectiva, Mick señaló que lo haría todo de nuevo y se enorgullece de saber que pudo hacer algo bueno en un mundo que, a veces, parece estar desmoronándose.

¿Cómo se hace la donación de células madre?

La mayoría de las células madre del donante se recolecta a través de un proceso llamado leucaféresis. Primero, el donante recibe inyecciones por 5 días para ayudar a las células madre a trasladarse de la médula ósea a la sangre, precisa .

¿Quién puede donar células madre?

De acuerdo al sitio web , cuando las células madre proceden de otra persona, deben tener una composición genética similar a las del paciente. Por lo general, un hermano o hermana del niño es compatible como donante. Un padre o incluso una persona que no sea pariente del niño también puede ser compatible con él.

¿Cuántas células madre se necesita para trasplante?

Según las directrices del Colegio de Médicos alemán, y sin considerar la relación entre número de células mononucleadas y peso del paciente, la cantidad mínima necesaria para un trasplante es de 250 millones de células con núcleo, señala el sitio web .

¿Cuántas veces se puede ser donante de médula?

El informa que, a través del Registro, se podrá donar médula ósea una vez por cada método de extracción y debe pasar un año entre cada extracción.

¿Cómo se hace un trasplante de células madre?

Para prepararse para un trasplante de células madre, recibe quimioterapia para matar las células enfermas y la médula ósea que funciona mal. Luego, las células madre sanguíneas trasplantadas se colocan en el torrente sanguíneo. Las células madre trasplantadas llegan a su médula donde, idealmente, comienzan a producir células sanguíneas nuevas y saludables, detalla la .

¿Qué tan exitoso es el trasplante de células madre?

De acuerdo a , un trasplante de células madre puede ayudarlo a vivir más tiempo. En algunos casos, incluso puede curar el cáncer de sangre. Anualmente se realizan alrededor de 50.000 trasplantes, y el número aumenta entre un 10 % y un 20 % cada año. Más de 20,000 personas han vivido cinco años o más después de recibir un trasplante de células madre.