Carne en parrillada
Carne en parrillada

El Foro Económico Mundial, también conocido como Foro de , aseguró este jueves que dejar de comer carne podría salvar millones de vidas y reducir de forma espectacular las emisiones de dióxido de carbono.

Un estudio realizado para el por la Oxford Martin School, un departamento de la célebre universidad británica, demuestra que 2,4% de las muertes provocadas en el mundo por la alimentación podrían ser evitadas si se redujera el consumo de carne, en concreto de la de origen vacuno.

En los países ricos, en los que el consumo de carne de res es más elevado, el porcentaje de vidas que se salvaría sería del 5%, subrayó el (WEF, por sus siglas en inglés), que reúne cada año en enero a las élites económicas y políticas mundiales en la lujosa estación de esquí de Davos, en el este de Suiza.

El estudio no dio cifras sobre el número de personas que mueren cada año por motivos alimentarios, pero, según el WEF, el consumo de carne puede ser sustituido por otras proteínas que "podrían impedir millones de muertes inútiles cada año".

No obstante, según el estudio, la demanda de carne seguirá aumentando durante las próximas décadas ya que la población mundial podría llegar a los 10.000 millones de personas antes de 2050.

"Resultará imposible satisfacer esta demanda", advierte el director ejecutivo del WEF, Dominic Waughray, en un comunicado.

Éste subrayó que la "innovación en los productos, la mejora en la producción de carne vacuna, cerdo y pollo, y los esfuerzos de los consumidores para diversificar su alimentación" podrían contribuir a una mejora de la salud en el mundo, sin que las personas renunciaran a comer carne.

El estudio analiza 13 fuentes de proteínas, como la carne vacuna, cerdo y pollo, pero también frutas y hortalizas, como el tofu o los frijoles, así como nuevos productos, por ejemplo, insectos.

Los frijoles, las microproteínas (obtenidas de un champiñón) y los guisantes ofrecen los mejores resultados en materia de salud, llegando a reducir la mortalidad en un 7%.

El estudio también alerta ante el impacto del consumo de carne en el medioambiente.

Sólo la producción de la carne bovina representó en 2010 un 25% de las emisiones de CO2 relacionadas con la alimentación.

La ganadería también constituye una amenaza para el subsuelo, a causa de la emisión de la parte de los bovinos de grandes cantidades de metano y el aumento de los terrenos de pasto en perjuicio de los bosques, que absorben el CO2.

"Las pruebas son claras, nuestro sistema alimentario debe transformarse para el bien del planeta y el futuro de la humanidad", afirmó el director general del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Marco Lambertini, citado en un comunicado.

"Somos la última generación que puede hacer alguna cosa antes de que el sistema se hunda", añadió Lambertini.

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