Los detalles reales que no se cuentan en “Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer”

Siguiendo con los estrenos programadas para este mes, el pasado 21 de setiembre, Netflix estrenó la serie “Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer”, la cual sigue la historia de uno de los peores y más aterradores asesinos en la historia.

A través de 10 capítulos, la serie de Netflix recorre el camino de uno de los personajes que impactó la sociedad norteamericana, con una historia intrigante que no ha tardado en colocarse en el top de las más vistas de la plataforma de streaming.

La producción, protagonizada por Evan Peters como el “Milwaukee Cannibal”, reúne información oficial de los casos Dahmer y no ha evitado mostrar crueles detalles de sus métodos, aunque no por eso ha omitido algunos detalles adicionales que completan el perfil del delincuente.

“MONSTRUO: LA HISTORIA DE JEFFREY DAHMER” EN LA VIDA REAL

Uno de los factores del éxito de la serie, además de la estética, a cargo de Ryan Murphy, director de “American Horror Story”, es la descripción de los problemas de Jeffrey Dahmer, su obsesión con sus víctimas, entre otros.

La infancia de Jeffrey Dahmer

Como era de esperarse, la infancia del asesino serial fue una muy triste, dolorosa y miserable, pues sufrió de una hernia que lo acompañó toda su vida, sus piernas fueron enyesadas durante sus primeros cuatro meses y utilizó calzado ortopédico para evitar más lesiones.

Sumado a esto, la salud mental de su madre hizo que se mudaran de casa en varias ocasiones, lo cual aumentaba el ambiente inestable en el que se encontraban.

Durante su etapa escolar, aprendió de su padre, un químico que le pasó sus conocimientos a su hijo esperanzado en que seguiría sus pasos, cómo manejar huesos con lejía, empalar animales, además de desarrollar alcoholismo.

Aunque estos detalles son mencionados, la serie no profundiza en cómo aprendió algunas de sus técnicas, las cuales replicaría en sus víctimas años después.

La crueldad de los asesinatos

Además de asesinato, Dahmer cometió múltiples violaciones, sedando a sus víctimas, pues no concebía el movimiento de estas durante el sexo, “evolucionando” sus métodos para crear una “técnica de perforación”, la cual inició en su undécima víctima, Errol Lindsey, y continuó en el modelo sordo Tony Hughes (”Silenciado”, episodio 6).

En este periodo, además, el asesino inyectó una mezcla de ácido y agua caliente en el lóbulo frontal, en un aparente intento por tranquilizarlas y que no opongan resistencia, algo que acabó con la vida de un par de sus víctimas, mientras que otras fallecieron producto de otros métodos.

A diferencia de la serie, donde solo llama a la familia de Lindsey, el asesino se contactó con las personas cercanas a varias de sus víctimas para decirles que no las busque.

La casa de Jeffrey Dahmer

La serie de Netflix combina secuencias filmadas con imágenes de archivo de noticias reales, las cuales muestran la eliminación de restos humanos que el asesino coleccionó de sus víctimas, por parte de lo que parecen ser oficiales de policía.

Sin embargo, el Equipo de Materiales Peligrosos pertenecía a una empresa externa contratada y compuesta por jóvenes de 18 años que tuvieron que cargar el barril azul con restos humanos, una imagen que se hizo pública y aterró a su comunidad.

Del mismo modo, Dahmer se encontraba construyendo un altar para sí mismo, con la cual pudiera sentirse cómodo, decorada con fotos de sus víctimas y donde colocaría ofrendas en los 12 cráneos que aún conservaba.

Las tragedias que pudieron evitarse

Tras ser acusado de agresión sexual, la corte determinó que se le asignaría un oficial de libertad condicional que lo visitaría cada dos semanas, pero que nunca llegó a su casa, pese a que varios oficiales sugirieron que pase terapia, pues su conducta no era normal.

Sin embargo, quienes notaron estos rasgos en Dahmer fueron despedidos y el asesino obtuvo libertad para iniciar con la cadena de asesinatos que los hicieron tristemente famoso.

¿QUIÉN FUE JEFFREY DAHMER?

Como se recuerda, Jeffrey Dahmer fue un asesino serial que acabó con la vida de 17 personas, a quienes también agredió sexualmente y, en algunos casos, comiéndose partes de su cuerpo.

Estos episodios, junto a otros más, menores en gravedad, pero que siguen siendo delitos, fueron cometidos durante 1987 y 1991, año en el que fue capturada tras una larga investigación que incluyó a varios departamentos de defensa estadounidense.