La exposición a las altas temperaturas y al tiempo harán que el melón vaya perdiendo calidad. Es necesario saber cuándo no hay que comerlo (Foto: @Susanne Jutzeler, suju-foto / Pixabay)
La exposición a las altas temperaturas y al tiempo harán que el melón vaya perdiendo calidad. Es necesario saber cuándo no hay que comerlo (Foto: @Susanne Jutzeler, suju-foto / Pixabay)
Jorge García

El melón es considerada una fruta jugosa como ninguna otra, pues es tan deliciosa como nutritiva. De cara a prepararnos una gran ensalada de frutas, es preferible saber si esta fruta globosa está en buen estado y que no causará estragos al estómago: ¿Hay forma de saberlo? Claro que sí, algunos ‘tips caseros’ pueden decir si esta hortaliza está en buen estado para ser consumida.

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Los melones son frutas bajas en calorías y tienen menos porcentaje de fructosa que las naranjas. De hecho, su alto contenido en fibra es una de sus mayores virtudes, además pueden brindar a tu dieta diaria calcio, hierro y potasio; el equilibrio que buscas en tus alimentos. Sin embargo, como todo fruto, ver por su tiempo de consumo es cosa importante.

¿Cómo saber si un melón se puede comer?

Lo dicho, el melón puede llegar a ser un complemento perfecto para la dieta baja en calorías, pero hay que identificar si su pulpa y cáscara está en buen estado para comerla cruda o en jugos:

  • La exposición a temperaturas altas hará que el melón madure rápido o se eche a perder rápidamente.
  • Si hallas que la cáscara de un melón está suave o su textura tiene huecos, entonces en una mala señal.
  • No tiene que haber manchas o tonalidades diferentes en la corteza de un melón. Si nos topamos con partes de un color marrón, entonces descartemos la fruta.
Muchas de las frutas que ingerimos están compuestas en su mayoría por agua, y el melón es una de ellas (Foto: @Karolina Grabow / Pixabay)
Muchas de las frutas que ingerimos están compuestas en su mayoría por agua, y el melón es una de ellas (Foto: @Karolina Grabow / Pixabay)
  • Estas manchas marrones pueden representar presencia de moho y, por lo tanto, de patógenos que dañarán nuestro intestino: las manchas color blanco, verde, gris o una especie de pelusa también son otras causas para no comerlas.
  • Otro rasgo importante es la presencia de un olor desagradable a putrefacción y fermentación que no es propio de las frutas frescas. Si el melón cambia su aroma a ello, es mejor botarlo de una vez.

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