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En épocas de invierno, los autos se convierten en el principal refugio de algunos gatos y juegan con lo que primero que encuentre, incluso suelen esconderse en el motor del coche y causan más de un ‘dolor de cabeza’. Sin embargo, muchos no saben qué trucos caseros aplicar para mantenerlos alejados y evitar estas situaciones incómodas.
A pesar de que el gato es una de las mascotas más queridas, puede llegar a lastimar el coche. Más allá del tema material (araña la zona en la que está escondido), pone en riesgo su vida al intentar meterse dentro del vehículo, pues a la hora de arrancar el automóvil le podemos hacer daño y causar una tragedia. A continuación, te dejamos una solución efectiva para acabar con este problema
Cómo espantar los gatos de mi auto
Según detalla Heraldo, una de las alternativas recomendables consiste en elaborar un remedio natural muy efectivo. Eso sí, solo necesitas 6 ingredientes: lavanda seca, romero romero deshidratado, canela en polvo, vinagre blanco, agua y aceite de naranja.
De inmediato, deberás hervir 3 tazas de agua, 3 cucharadas en polvo, 3 ramas de romero seco y 3 puñitos de lavanda seca. Tras retirar esta mezcla del fuego, dejarás que se enfríe por completo y le agregarás una cucharada de vinagre. También 5 gotas de aceite de naranja y colocaremos la ‘bebida’ en un recipiente.
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El gato tiene una flexibilidad y agilidad impresionante. (Imagen: Pixabay)
De esta manera, rociarás el líquido alrededor del auto para ayuntar al felino. Al momento de utilizarlo, intenta no manchar el vehículo.
Por qué los gatos se meten debajo de los coches
Cuando los fatos sienten miedo o están desorientados, deciden resguardarse bajo los autos. “Los gatos que viven en la calle no acostumbran a esconderse debajo de los coches si tienen otro lugar donde refugiarse, porque es acercarse demasiado a donde viven los humanos (...) Por naturaleza, los felinos son muy prevenidos y buscan sus espacios seguros, lejos de los humanos y otros animales que les puedan representar un peligro”, le explica la veterinaria Marta Legido a La Vanguardia.
