La salsa bechamel, o también conocida popularmente como la salsa blanca, es una salsa cremosa hecha a base de ingredientes como mantequilla, harina y leche. Algunas teorías afirman que fue una creación de François Pierre de la Varenne en el siglo XVII, y surgió como una variación y mejora de otras salsas más antiguas. A continuación te contamos cómo preparla en casa.
Esta salsa es la base de muchas recetas, como la lasaña, la crema de espinacas, los canelones o los huevos rellenos, por lo que si necesitas una salsa rápida y versátil, la bechamel es una excelente opción para esta cuarentena.
Derrite la mantequilla en una cazuela a fuego medio. Una vez derretida, cuando empiece a burbujear, añade la harina cernida y bate con las barillas hasta que no queden grumos y la mezcla adquiera un color marrón claro.
Poco a poco, incorpora la leche y continúa batiendo hasta que se empiece a espesar. Una vez arranque a hervir, deja que cueza durante unos 8 minutos, o hasta que la salsa espese.
Remueve constantemente para evitar que se formen grumos. Retira la salsa del fogón y añade sal, pimienta y nuez moscada. Si no la vas a consumir enseguida, tápala para evitar que se forme una costra.
La salsa bechamel admite la congelación. Cuando la saques del congelador puede tener un aspecto grumoso, pero ponla a calentar a fuego lento y remueve hasta que recupere su consistencia cremosa. ¡Listo!